Julio Iglesias reúne a los suyos

La presentadora María Teresa Campos, por un lado, y el expresidente del gobierno josé maría Aznar, por otro, fueron recibidos como estrellas cuando acudieron al concierto del cantante en Marbella

José María Aznar y Ana Botella.
Julio Iglesias reúne a los suyos
Andrés Lanza / efe

En el concierto de Julio Iglesias del pasado miércoles se vivieron dos momentos que pudieron dejar boquiabiertos a muchos. La primera escena tuvo lugar con el termendo alboroto que se organizó a la llegada de José María Aznar, que fue prácticamente llevado en volandas desde la entrada hasta la zona VIP, por un público que se transformaba por el solo hecho de estar al lado del expresidente del Gobierno. Tal era el fervor por Aznar que parecía que le estuvieran llevando en procesión. Unas muestras de cariño que el político agradeció con su media sonrisa de siempre, sin excesos, pues, aunque parezca mentira, dicen que Aznar es un gran tímido.


La segunda escena se produjo durante el reencuentro de María Teresa Campos con su público de siempre, después de que se conociera su romance con Bigote Arrocet. Aquello fue el delirio, todos querían hacerse fotos con ella, hombres y mujeres sin excepción, todos querían tocarle, decirle lo mucho que le admiran y quieren. La periodista sonreía y agradecía los elogios con verdadera maestría, pues de sobra sabe ella que cuando el público se acerca a decirte que te sigue, que es un o una incondicional tuya, espera una única compensación, que se traduce en un simple beso o un apretón de manos. Por eso María Teresa repartió tanto cariño como recibió de sus fans. Todo ello en un momento muy especial para la periodista, pues aunque es cierto que hay asuntos que pertenecen a su vida privada, también lo es que cuando has alcanzado un alto nivel de fama, como es el caso de Campos, es comprensible que la gente quiera saber si su ídolo es feliz o no. En este caso lo es, y mucho.


Pero si Aznar y Campos recibieron el homenaje de los suyos, qué decir de Julio Iglesias, que logró, como los buenos toreros, un lleno hasta la bandera. Con un público que no dejó de tararear sus canciones de siempre, que forman parte ya de la memoria colectiva, Julio se entregó a fondo, interpretando temas como ‘La vida sigue igual’, ‘Abrázame’, ‘A veces tú, a veces yo’, ‘Soy un truhán soy un traidor’ o ‘De niña a mujer’. Acompañando al cantante estaban su familia, Miranda y sus hijos, la baronesa Thyssen, las alcaldesas de Madrid y Marbella, Ana Botella y María Ángeles Muñoz, Valeria Mazza, su marido y sus dos hijos pequeños, José María Amusategui y Amalia, su mujer, y Beatriz de Orleáns, entre otros muchos.«Canto para seguir viviendo»

Julio Iglesia, con casi 71 años de edad, sigue levantando pasiones allí donde va. Ni el calor del pasado miércoles en Marbella disuadió a sus incondicionales, que no quisieron perderse la oportunidad de ver al artista en uno de sus dos únicos conciertos en España. Y él respondió caldeando aún más el ambiente con sus canciones:«Los sentimientos se pasan, pero la pasión perdura. La pasión me desborda. Solo canto para seguir viviendo», aseguró durante su actuación.


Extremadamente moreno, apareció en el escenario con su habitual vestuario: traje de chaqueta negro, camisa blanca y corbata negra. A veces derrochando voz y otras, casi susurrando a los espectadores. Julio Iglesias agradeció al público que llenó la Cantera de Nagüeles en el recital con más éxito del Festival Starlite que haya sido tan «generoso» con él durante tanto años.