La Casa Real se desprende del Fortuna

El majestuoso yate Fortuna no volverá a ser navegado por los miembros de la Casa Real española.

La Familia Real se despide así de las aguas de las Islas Baleares que lleva disfrutando más de dos décadas.


El Rey Juan Carlos decidió ya en mayo del año pasado renunciar al último Fortuna de la serie de yates de la Casa Real, que no navegaba desde agosto de 2012. El monarca pone fin así a 14 años de uso y disfrute del yate, que fue regalado por 22 empresarios de las Islas Baleares en agradecimiento al buen trato que siempre tuvo con las islas.


Foners ha sido designado como el nuevo nombre que lucirá el yate, que ya ha sido puesto en disposición de la agencia Fundatur para su venta. Diversos operarios realizaron los arreglos necesarios de la embarcación en la base naval de Porto Pi, desde donde hoy ha sido trasladado a Port Adriano, en el municipio mallorquín de Calvià. El yate cuenta con unas medidas de 42 metros de eslora y un calado de 1,5 metros y requiere los servicios de 8 tripulantes. Costó en su día 18 millones de euros.