Ordenadores más potentes, reto de la biocomputación

Un centenar de investigadores participan en el congreso de Biocomputación de Zaragoza.

Contar con ordenadores más potentes que permitan tener resultados en unas horas es el reto de los investigadores de la biocomputación, una disciplina con un importante peso en la ciencia sin la cual no se podrían investigar en campos como la bioquímica, biología molecular o la teoría evolutiva.


Un centenar de investigadores de toda Europa y uno de Israel, entre biólogos, médicos, bioquímicos y físicos, participan desde este miércoles en el VI congreso internacional que el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza organiza cada dos años y que en esta edición se dedica al papel de la computación en la ciencia.


Según ha explicado Sergio Pérez, científico de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (Araid) en el BIFI, la computación se ha revelado como una herramienta esencial en numerosas áreas de la ciencia como la biología, la medicina, la bioquímica o la física y ha hecho avances relevantes en muchos campos que no hubieran sido posibles "de ninguna otra manera".


Ha puesto como ejemplo la investigación en el plegamiento de las proteínas, un proceso sin el cual estas sustancias "no funcionan bien" y que se ha podido ver dañado por la intervención de agentes externos, así como en las redes complejas o en sistemas fuertemente desordenados como los vidrios de spin.


Por ello, ha informado de que el objetivo de esta conferencia es reunir expertos de diferentes instituciones para debatir los avances en distintas disciplinas desde varios enfoques para poderlos aplicar en los campos en los que cada uno trabaja, establecer nuevas colaboraciones y afianzar las que ya se tienen.


Pérez ha subrayado que el reto de los investigadores es "llegar al límite" pero dentro de las posibilidades que brinda la tecnología, y en este campo el tener "computadores más fuertes" es uno de los aspectos que proporciona avances en apenas unas horas.


Así, ha explicado que los ordenadores convencionales no sirven para simular vidrios de spin, porque se necesitarían "meses y meses" para poder tener los resultados mientras que una computadora potente como la Janus y ahora la Janus 2, construida entre las universidades de Extremadura, Complutense, Zaragoza, la Ferrara y Sapienza italianas y el BIFI, permite simulaciones en poco tiempo gracias a que tiene procesos especiales programables.