Apenas un día después de su celebración el funeral por la muerte de Nelson Mandela ha dado mucho que hablar. Más allá del paseo de cientos de dirigentes mundiales y de miles de rostros conocidos, el estadio de fútbol FNB de Johannesburgo reogió multitud de anécdotas que están recorriendo las redes sociales.

Entre todas, la imagen que con diferencia ha sido la más comentada ha sido el autorretrato que se sacaron el presidente de los Estados Unidos Barack Obama, el primer ministro Británico David Cameron, y la dirigente danesa Helle Thorning-Schmidt, que no dudó en proponer a sus compañeros de butaca la posibilidad de hacerse una foto con el móvil. La escena de los tres líderes haciéndose la foto en medio de una ceremonia que se suponía de duelo aglomeró pronto multitud de críticas en la opinión pública. Un recelo por las formas y el lugar que, según revelan las imágenes captadas en el momento, tampoco gustó mucho a Michelle Obama.

La primera Dama aparece en la secuencia fotográfica con gesto serio y cara de pocos amigos al ver como su marido se convertía en el protagonista de la foto tomada con el móvil de la primera ministra danesa. No en vano, aprovechando un momento en el que Barack Obama se levantó de su asiento, Michelle se levantó para ocupar la butaca entre la ahora archiconocida líder escandinava y el presidente de los Estados Unidos.

Helle Thorning-Schmidt se convirtió en septiembre de 2011 en la primera mujer de la historia de Dinamarca en dirigir el país. A sus 46 años, la política danesa se ha convertido en su país en un referente para muchas mujeres que ven en ella a la primera líder capaz de desligar los prejuicios que puede provocar una mujer que tanto en su físico como en su forma de vestir se encuentra en las antípodas de Angela Merkel o Margaret Thatcher.