Teléfono de la Esperanza

Las llamadas relacionadas con la crisis aumentan un 20%

El año pasado, la sede de esta oenegé en Zaragoza recibió 7.067 llamadas, casi mil más que en 2011.

El Teléfono de la Esperanza
El Teléfono de la Esperanza
EFE

Desde 1984, el Teléfono de la Esperanza lleva atendiendo de forma gratuita en Aragón a miles de personas que buscan en los teléfonos de esta oenegé una voz en la que dar salida a sus problemas. Al otro lado de la línea, 117 voluntarios atienden estas llamadas en las que, según se afirma desde la sede de la organización en Zaragoza, cada vez tiene más peso la crisis.


En año pasado el Teléfono atendió un total de 7.067 llamadas, de las cuales un 23% giraban en torno a problemas familiares o relacionales de personas acuciadas por la crisis, una temática "en aumento en los últimos años, que acaba estando presente en la gran mayoría de las conversaciones", según explica Carlos Pérez, psicólogo de la fundación que se dedica también a orientar y tratar de forma presencial los casos más peligrosos que aparecen.


"Atendemos las 24 horas del día los 365 días del año siempre bajo un principio de anonimato", comenta Pérez, que explica que los voluntarios van cambiando de horas para intentar evitar que personas recurrentes creen vínculos con sus interlocutores. "El principal problema de la gente que acude a nosotros es la soledad, ya sea literal o venga del propio aislamiento al que se obliga la persona", afirma el psicólogo, que fundamenta su argumento al señalar que el perfil más habitual de las personas que recurren al Teléfono de la Esperanza es el de una mujer casada y con hijos de una edad comprendida entre los 35 y los 55 años.


Sin embargo, lo que más inquieta a la organización es el aumento en la cifra de llamantes crónicos, un segmento que se ha multiplicado por 4 en cuestión de dos años, llegando a una cifra actual de 210 personas. La caída de la inversión en servicios sociales y la continuidad de los estados de ansiedad derivados de la crisis acaban llevando a muchas personas a recurrir a este número de la Esperanza para desahogarse o buscar directamente, asistencia de primera mano.


El 60% de los conflictos atendidos quedan saldados vía telefónica, pero para los que no, el Teléfono cuenta con un equipo de psicólogos, abogados y asistentes sociales preparados para afrontar una recuperación con el necesitado. "Elaboramos terapias en grupo o asistencias personales en los casos más preocupantes siempre que podemos, y cuando no logramos atender a todos derivamos a la administración a los afectados", señala Carlos Pérez.

Al otro lado del teléfono

Según Pérez, para dar respuesta a los problemas de la gente hace falta "saber muy bien discernir las necesidades de esa persona, buscando la solución más rápida al problema y comprendiendo a las personas que tan solo sienten la necesidad de llamar para que alguien únicamente les diga que todo está bien", una inteligencia emocional, que los voluntarios que forman parte del Teléfono de la Esperanza van alcanzando gracias a un proceso de formación continuado que les ayuda a ser más eficaces.


"En la actualidad, con la crisis, muchos de los problemas tienen que ver más con el desconocimiento que tienen las personas para saber a quien acudir que con el problema en sí mismo", analiza el psicólogo, que ha visto como los problemas de la mayoría de los llamantes respondían cada vez a temas más concretos relacionados con la actual situación económica.


Problemas "de todo tipo y condición" a los que esta organización se enfrenta cada día, dejando constancia de que, según explica Pérez, "el hombre sigue quedándose muchas veces solo ante sus problemas a pesar de la facilidad para comunicarse con la que cuenta en nuestros días".