Tecnología

De Zaragoza al espacio

La empresa zaragozana ha desarrollado los sensores de radiación del primer satélite espacial abierto, que busca acercar el espacio al público general.

El sensor desarrollado por Libelium
De Zaragoza al espacio exterior
HA

El espacio estará un poco más cerca de todos a partir del próximo 4 de agosto, cuando el cohete HII-B sea lanzado desde Japón transportando dos satélites Ardusat, los primeros dispositivos de este tipo generados bajo la filosofía del ‘hardware abierto’ que llegan al espacio. Una nueva tecnología que permitirá que cualquier investigador pueda trabajar con parámetros y datos del espacio sin tener que moverse de su escritorio, y en la que la empresa Libelium, radicada en Zaragoza, ha participado de forma crucial.


La empresa aragonesa, fundada hace 6 años por estudiantes de la Universidad de Zaragoza, ha diseñado los sensores que, integrados en estos satélites, permitirán medir la radiactividad espacial generada por fenómenos como las tormentas solares o la presencia de partículas gamma.


"Nosotros siempre hemos trabajado con tecnologías abiertas", explica David Gascón, director de I+D de Libelium, empresa que desde su base en el CEEI Aragón se ha consolidado como uno de los referentes europeos en el diseño y fabricación de tecnologías sensoriales. "La idea de llevar a órbita unos satélites que permitieran que la investigación espacial llegara a investigadores de todo el mundo nos interesó, así que nos pusimos en contacto con la empresa norteamericana que estaba lanzando el proyecto para proponerles nuestra participación. Y ahí estamos" explica el ingeniero.


NanoSatisfi, una empresa norteamericana nacida a partir de la NASA, es la precursora de esta idea, que cuenta con colaboración japonesa y en la que Libelium es la única entidad europea que colabora. "La aplicación de dispositivos de este tipo aún está en periodo de exploración", comenta Gascón, argumentando que su uso amplía tanto el abanico de experimentos posibles que es necesaria su puesta en práctica para saber su alcance real, ya que, además de medir las tormentas solares gracias a los sensores de Libelium, los satélites permitirán realizar proyectos como la creación de un mapa 3D del campo magnético de la Tierra, medir regularmente los cambios de temperatura en el espacio o analizar la reflexión de los rayos de luz en la superficie terrestre.

Los sensores ya estuvieron presentes tras el desastre de Fukushima

El desarrollo y diseño de estos sensores, de apenas 4 x 3 centímetros y un peso de 40 gramos, ha sido posible tras un proceso de adecuación al entorno espacial. "En el espacio cada centímetro vale mucho dinero" comenta Gascón, que ha dirigido el proceso que ha conseguido reducir 4 veces las dimensiones originales del producto.


"El prototipo inicial de estos sensores lo lanzamos tras el desastre nuclear de Fukushima, en Japón", afirman desde la empresa, que exportó cientos de estos dispositivos al país nipón después de que fuera necesario medir casi constantemente los niveles de radiación en el aire.


"Todos estos son proyectos que no tienen una retribución específica para la empresa", señala Gascón, que sí que reconoce que iniciativas de este tipo ponen a la empresa zaragozana a la vista de todo el sector.


"El hecho de ser pioneros en una tecnología que antes no existía es el principal valor añadido de este tipo de cosas". Una corriente de innovación que ha llevado a esta empresa a crecer desde los dos socios que la idearon a los 47 trabajadores con los que cuenta en la actualidad, distribuyendo a más de 75 países una tecnología que, a partir de ahora, estará también en órbita.