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Lomana: "Tengo una lucha contra el jolín"

La mediática empresaria publica 'El glamour inteligente', una guía para aprender a desenvolverse con elegancia en situaciones cotidianas.

«No te acuestes con un hombre en la primera cita. Tanto un hombre como una mujer deben hacerse desear y tienen que cortejarse», aconseja Carmen Lomana en su segunda incursión en el mundo literario. 'El glamour inteligente' (Espasa) es un libro de consulta en el que la mediática empresaria responde a muchas de las preguntas que le han venido haciendo sus seguidores, a los que quiere dejar claro que "mucho más importante que estar elegante es estar feliz". Y de elegancia y felicidad ella sabe mucho.


PREGUNTA.: Un error imperdonable


RESPUESTA.: Se han perdido las formas. Cosas tan fáciles como dar las gracias, pedir perdón, decir buenos días, buenas noches, no decir palabrotas. Ahora se ha instaurado el hablar mal. Estoy cansada de que me digan en television que evite que los que están contigo digan palabrotas. ¡Es imposible!. Todos decimos una palabrota en un momento determinado, pero una cosa es en tu intimidad y otra es que no sepas contenerte.


P.: ¿Coño o jolín?


R.: Yo tengo mi lucha contra el jolín. ¡Es muy hortera! Y lo que es ya para cortarte las venas es el jolines, que es el jolín más cursi. Tú puedes decir coño en un momento determinado, que está tan relacionado con los españoles. Cuando fui a Chile por primera vez, que mi marido era chileno, a los españoles nos llamaban los coñitos, porque lo tenían siempre en la boca.


P.: ¿Cuáles son los errores más comunes en una boda?


R.: En general, la gente en las bodas va vestida muy forzada y a veces se ponen muy cursis. Una boda es una ceremonia civil, hay que ir elegante pero con un punto de sobriedad. Yo siempre digo: por favor, no vayáis a las bodas con vestidos palabra de honor y minifalta, o una cosa o la otra. En las bodas menos es más. Yo veo profusión de volantes, plumas, de sombreros...


Lo peor es que la gente últimamente se desmadra. Ves que las señoras llegan tan monas, con sus zapatos de tacón y a final están en bailarinas, despeinadas y da pena verlas. Vamos a divertirnos, se pueden desmadrar un poco pero con un cierto orden.


P.: ¿Qué pasó con 'Las joyas de la corona'?


R.: ¡Lo añoro! Es un proyecto que tuvo muchísima aceptación y Telecinco estaba dispuesto a hacerlo otra vez, pero a lo mejor por problemas de presupuesto. La gente me pide este tipo de producción continuamente por la calle. "Carmen, que lo veíamos toda la familia, que los niños aprendían, todos aprendíamos." Yo creo que se podría hacer con un presupuesto mucho menor porque es necesario en este momento hacer programas blancos, que los pueda ver toda la familia. Poder meter a la gente a sitios donde no tiene acceso, que les haga soñar.


P.: ¿A qué lugares 'imposibles' tiene acceso Carmen Lomana?


R.: Gracias a Dios, tengo muchos amigos por todo el mundo, Desde una marajá que me permitió acceder a sus palacios y a los de su familia, a estar en la cámara acorazada de Tiffany´s, que está en la parte alta de la tienda de Nueva York, en la que muy poca gente puede entrar. Fue una experiencia increíble, eran piezas de millones de euros. ¡Lo más barato eran 300.000 euros!


P.: Menudo planchazo en 'Splash!'.


R.: Insitintivamente no me tiraba vertical por el temor a volverme a hacer daño. Me di un planchazo encantada porque no me dolió. Ha sido muy duro. Creo que ha sido el mayor reto de mi vida. Lo que más me gustaba era, cuando terminaba de entrenar, tomarme un café o un bocadillo con todos. Además, este verano podré tirarme sin necesidad de bajar por la escalerilla si estoy en un barco o en una piscina.


P.: ¿Te has llevado alguna sorpresa con el resto de concursantes?


R.: Me ha sorprendido Serafín Zubiri muchísimo porque es un encanto, y es el que realmente me animó a estar ahí. Se me ha metido en el corazón Juanjo Ballesta. Me ha parecido de una nobleza, de una bondad, una entrega en todo. ¡Adorable! Miriam Díaz Aroca es un ser maravillo, Micky es para comérselo y Darek es un adonis, es espectacular, de los hombres más bellos que he visto. Pero es muy callado, no es muy expresivo. Bueno, ¡es polaco!