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Carmen Lomana: "Hay cosas peores en la vida que no tener hijos"

"Lo que no voy a ser es una mujer amargada por no tener hijos", confiesa Lomana en un programa de radio.

Hija de banquero y aristócrata, licenciada en Filosofía, defensora de la moda y de la elegancia, Carmen Lomana se confiesa "pudorosa" a la hora de contar su vida privada, aunque reconoce ser "muy libre" y sentirse "fenomenal" a su edad, unos años que no confiesa. 


"Lo que no voy a ser es una mujer amargada por no tener hijos", confiesa Lomana en el programa de radio "La hora de Luján", que presenta y dirige Luján Argüelles.


"Cogeré lo positivo de no tenerlos, que también lo hay; aunque me hubiera encantado, adoro a los niños", admite. No obstante, tras enviudar, su vida con un hijo considera que "hubiera sido menos libre, más condicionada; a veces -asegura- las cosas que en un momento te parecen muy trágicas en otro tienen un sentido".


La vida de Carmen Fernández de Lomana Gutiérrez, leonesa a la que se identifica con el lujo y la moda, tiene un antes y un después de la muerte de su marido, el diseñador chileno Guillermo Capdevilla, tras la que comenzó su andadura en televisión, donde ha enseñado las normas sociales y de educación en "Las joyas de la corona" y bailado en "Más que baile".


"El día anterior al accidente estuvimos paseando por la playa, cogidos por la cintura y diciéndonos lo que nos queríamos" después de 24 años, recuerda. "Todo es maravilloso, pero me da miedo", rememora que le dijo entonces, por eso ahora para ella "la vida es un flash, en un momento -subraya- se va todo el garete".


Desde entonces parece haber encontrado de nuevo el amor, cree que en varias ocasiones: "Tengo compañeros de vida, pero soy muy libre. La persona más cercana a mí es Ángel (Casaña), pero nunca pienso que algo es definitivo, no debería decirlo pero como soy tan sincera...", admite.


"Te diría que estoy loca de amor, que me voy a casar, pero eso solo me ha pasado dos veces, con Guillermo y luego algo parecido después de enviudar", cuenta.


Para Lomana la elegancia consiste en "ser consecuente consigo mismo, con lo que le gusta, y ser muy auténtico a la hora de vestirte, no disfrazarte de lo que no eres", desvela.


En moda "lo importante es conocerte, porque tu físico te condiciona", reconoce, y ser elegante no es algo que aporta "lo que te pongas, hay algo innato" relacionado con el "estilo", por eso "hay gente que desnuda o en bikini tiene una elegancia natural en la forma de moverse o en su físico que nada tiene que ver con la belleza".


La autora del libro "Los diez mandamientos de la mujer 11" critica "la educación judeocristiana restrictiva con todo lo que tenga que ver con arreglarse o con el cuidado personal".


"Todo aquello que va con la moda parece una frivolidad -lamenta- y es un gran negocio del que vive mucha gente". Además, "si hay algo que define una época sociológicamente son la moda y la arquitectura; si ves un cuadro o una película sabes situarlo en tiempo y espacio" por ambos parámetros, recuerda.


"Ni a favor ni en contra" de la cirugía, para Lomana es "una opción personal" muy bienvenida si ayuda a eliminar complejos, pero rechaza las operaciones "sin necesidad" o "siendo muy jóvenes, ponerse quitarse...eso no es bueno", asegura.


Tampoco concibe que mujeres "con una talla 36 o 38 en los huesos, que se pongan esos globos, es antiestético" y le parece "la antielegancia"