Festividad del apóstol

Espectáculo de luz y sonido en el Obradoiro

Las últimas tecnologías 4D hicieron derrumbarse virtualmente la fachada gótica de la Catedral de Santiago entre más de 3.000 artefactos pirotécnicos.

Una docena de proyectores de 300.000 lúmenes, 60.000 watios de sonido, un equipo de más de cien personas y las últimas tecnologías en 4D acompañaron durante 30 minutos a las miles de personas que se han dejado seducir en el Obradoiro por un despliegue de luz, música e imágenes en la festividad del Apóstol.


"Superarnos en esta festividad del Apóstol ha sido un reto, pero estábamos seguros de que no íbamos a defraudar", contó Javier Sánchez, director de esta exhibición, en la que la Catedral de Santiago de Compostela se ha derrumbado, han girado sus torres, y se ha quemado virtualmente la fachada gótica.


"Queríamos lanzar una pregunta al público, ¿qué ocurriría si el edificio -el templo- no existiera?", desveló Sánchez, satisfecho porque el respetable se haya quedado con la boca abierta, al ver cómo los efectos especiales y la técnica del 'mapping' conseguían que se desplomase la basílica ante sus ojos con una facilidad pasmosa.


Un actor real, el gallego Samuel Blanco, fue el encargado en esta proyección de dar vida a Paio, el descubridor del sepulcro del Apóstol, y de introducir y dar continuidad a las distintas historias contenidas en el guión, que este año ha girado en torno a la dureza y las emociones del Camino. El mensaje central era "indagar en qué busca un peregrino en esta ruta a todos los niveles, incluido el espiritual".


La proyección cuatridimensional trasladó a los espectadores a tiempos antiguos, que se convirtieron en presente en esta noche mágica. La puesta en escena incluyó el lanzamiento de casi 3.400 artefactos pirotécnicos.


"La banda sonora creó en el público un espíritu muy gallego", comentaron algunos de los asistentes, que añadieron: "Los cohetes, majestuosos, han sido lanzados con gran elegancia y el público ha quedado absorto".


En 2011, General de Producciones y Diseño (GPD), la empresa encargada de este montaje, se había alzado con el premio al mejor espectáculo de Eventoplus, el certamen que reconoce las mejores ideas de España y Portugal.