Relaciones

Aprendices de seductor

El curso ?El secreto de la seducción? impartido por el Centro Mente y Cuerpo da unas pautas para que la ligar no sea una odisea.

¿Con un guiño y el pulgar rozando los labios, como en el conocido anuncio de televisión, es suficiente para seducir a una persona? No, para la mayoría de los mortales. De hecho, muchas veces el éxito no está garantizado ni con un vestido provocativo, un traje elegante o el perfume más caro del mercado.


Confiar en uno mismo y una serie de trucos ayudan en la empresa de conquistar a otra persona. Por esta razón ahora se imparte un curso en Zaragoza, donde se enseña a potenciar el don Juan que hay dentro de cada uno y cada una: ‘El secreto de la seducción’. Aseguran que en un solo un día se pueden aprender las claves del arte de la seducción con un coste de 35 euros.


Estos cursos impartidos por la psicóloga y sexóloga Verónica Huerto, del Centro Mente y Salud, comenzaron la semana pasada con la jornada llamada ‘Desarrollando la erótica’ donde los textos eróticos y las fantasías fueron objeto de estudio.


A través de dinámicas en grupos pequeños a partir de visualización de fotografías o de un juego de roles el alumno debe ir "conociendo sus capacidades, y perdiendo el miedo, a la vez que adquiere unos conocimientos para aumentar su atractivo de una forma natural y sana”, explican desde el centro. Las clases se desarrollan con grupos de 6 a 10 personas.


Al margen de nociones básicas sobre la oportunidad y la ocasión, también hay que tener en cuenta las señales corporales de la otra persona. Así uno puede saber si la otra persona se encuentra nerviosa o si presta toda su atención. Por eso, desde el curso enseña a descifrar esas claves.


Parece que no es necesario ser George Clooney o Jennifer Aniston para sumar conquistas. Tan solo ser natural, confiar en uno mismo y llevar bajo la manga “las reglas de oro de la seducción”- punto clave en el programa del curso-.

Consejos, técnicas y asesoramiento profesional para aprender a seducir y para huir del recurrente y manido: “¿estudias o trabajas?”.