Trece meses aislado en la Antártida

Carlos Pobes relata su experiencia en la Antártida a los niños del Colegio Moncayo

A través de una videoconferencia, el científico aragonés respondió el pasado viernes a las preguntas de los niños del colegio Moncayo.

El científico, en un momento de la charla por satélite.
El científico, en un momento de la charla por satélite.

El investigador aragonés Carlos Pobes, el primer español en pasar el invierno antártico en IceCube, (un detector de neutrinos que, además de profundizar en las propiedades de esta misteriosa partícula, requiere pasar ocho meses de aislamiento en la base norteamericana Amundsen-Scott, en plena Antártida), compartió el pasado viernes día 8 una entrañable charla con los estudiantes del colegio Moncayo, entre los que se encuentran sus dos hijas.


"Las comunicaciones son difíciles, conseguir un satélite para realizar una videoconferencia es complicado. Para obtener el permiso era necesario que la sala fuese lo más grande posible y finalmente se pudo realizar a pesar de que costó lo suyo. Los alumnos que quisieron pudieron hacerle las preguntas y Carlos, muy amable, respondió a cada niño. Fue especialmente emotivo el saludo de sus hijas a las que hacía meses que no veía", han explicado desde el centro.


Pobes es una de las 50 personas que están pasando los ocho meses de invierno polar en la base, desde febrero de 2012 hasta mediados de octubre, para garantizar el correcto funcionamiento del experimento. Esto supone quedar aislado en la base todo ese periodo, ya que las temperaturas bajan hasta -70º C, lo que hace prácticamente imposible salir o llegar.


El físico aragonés tuvo que superar un proceso de selección con rigurosas pruebas médicas y psicológicas para probar su resistencia a meses de completa oscuridad y aislamiento y a las duras condiciones de frío extremo, sequedad y altitud -3.000 metros- del Polo Sur geográfico.


El experimento se controla desde la base Amundsen-Scott, la más meridional del planeta, ubicada casi en el Polo Sur geográfico. IceCube es una colaboración donde participan 250 científicos de 36 instituciones procedentes de 6 países. El principal financiador es Estados Unidos, que ha aportado 242 de los 271 millones de dólares que ha costado la construcción.


Icecube es un 'telescopio' de neutrinos que utiliza el hielo antártico para detectarlos. Para ello se han perforado 86 agujeros y distribuido más de 5.000 sensores de luz a lo largo de un kilómetro cúbico entre 1.400 y 2.400 metros de profundidad. Sólo en la Antártida se puede encontrar tal grosor de hielo, y sólo con un volumen así y con un "tiempo de exposición" de años se puede esperar tomar esa "primera fotografía" del Universo con neutrinos, aseguró el científico.