Más de 200 millones de niños se ven obligados a trabajar para subsistir

Unos 215 millones de niños de todo el mundo se ven obligados a trabajar para subsistir, según han denunciado varias organizaciones sociales y sindicales ante la celebración, mañana, del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

Unos 215 millones de niños de todo el mundo se ven obligados a trabajar para subsistir, según han denunciado varias organizaciones sociales y sindicales ante la celebración, mañana, del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.


Entre ellas, el sindicato UGT ha observado que el paro, las políticas "de recorte" y la caída de las rentas en España está agravando la situación de los ciudadanos y los niños no son una excepción.


Ha insistido en la relación entre trabajo infantil y pobreza, puesto que son las familias de estratos sociales y económicos más bajos donde se instala el trabajo infantil, "incluso en la mayoría de los casos los niños abandonan la escuela". Por ello, ha reclamado medidas en favor del empleo y del Estado del Bienestar, que garanticen una vida más digna, la sanidad, la educación, los servicios sociales y una renta mínima adecuada.


UGT ha señalado que otros de los factores que incide en la pobreza infantil, que ha crecido un diez por ciento en dos años en España, es el incremento del pago de los impuestos directos o indirectos que afectan a la renta de las familias y repercute en el gasto de los hogares destinados a cubrir la alimentación.


En su opinión, una caída de rentas conlleva un consumo de alimentos de peor calidad y las dificultades para hacer frente a las hipotecas con el riesgo de perder el hogar familiar. Organizaciones como Mundo Cooperante han hecho suyas las reivindicaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) contra el trabajo infantil y para que los derechos de los niños estén protegidos.


Los 215 millones de niños que trabajan, recoge Mundo Cooperante en un comunicado, deberían estar en la escuela recibiendo educación y adquiriendo habilidades que les preparen para acceder a un trabajo "decente" en su vida adulta. Asimismo, ha solicitado "mayores esfuerzos económicos y mayor voluntad política" para lograr el objetivo de la OIT de erradicar, para 2016, al menos las peores formas de trabajo y explotación infantil.


Por su parte, Misiones Salesianas ha recogido varias historias de menores que trabajan como Pyale, una niña de Togo, que fue vendida a una familia rica "como esclava doméstica" y como ella, cientos de miles de menores.


Kofi, de nueve años, va cada día a trabajar al mercado de Oando en Porto Novo (Benín), como porteador, y Bala, de ocho años, trabaja haciendo ladrillos en Pessor (la India), donde cada jornada hace 250 con sus manos, según Misiones Salesianas.

Para tratar que los pequeños pueda tener un futuro mejor, la organización cuenta con varios programas y espacios en países en desarrollo donde los niños trabajadores puedan acudir a clases de alfabetización y cursos de formación.