Al menos 32 excursiones por el Pirineo aragonés, desde el Ibón de Ordicuso hasta el Hoyado de Gamueta, pueden ser realizadas "sin ningún miedo" por niños, siempre que vayan acompañados de adultos y se haya comprobado con anterioridad el parte meteorológico.

Así se recoge en el libro 'Excursiones con niños por el Pirineo Aragonés', escrito por Eduardo Viñuales, naturalista aragonés, y por su hijo Lukas, quien con tan sólo ocho años ha realizado, junto a otros amigos de su edad, las 32 rutas descritas.

Viñuales ha conseguido transmitir a su hijo la pasión por la naturaleza pirenaica, a la que le acercó con tan sólo un año de vida, y a la que han seguido frecuentando en los últimos años, ha comentado en una entrevista con Efe con motivo de la presentación del libro en la capital aragonesa.

"Cuando son muy pequeños los puedes llevar en una mochila a la espalda, pero luego cuando crecen pesan mucho y tienes que esperar a que cumplan los siete u ocho años, para que puedan hacer ellos excursiones a pie", ha comentado Viñuales.

32 rutas para niños

En este libro, Viñuales describe las 32 rutas fáciles, adecuadas para niños, que ha hecho con su hijo durante un año y medio de tiempo, acompañadas de fotografías, leyendas sobre cada lugar y, sobre todo, del 'Apunte de Lukas'.

En esta sección, que aparece en cada una de las rutas, el joven montañero hace una valoración de la excursión, narra lo que más le ha gustado y destaca lo más impactante o interesante del trayecto.

"Al final de la excursión, a modo de entrevista me contaba lo que le había parecido. Yo lo que he hecho es transcribirlo fielmente. Por ejemplo, me contó que subiendo a la Virgen de la Peña vieron un halcón peregrino y unos alimoches, que se estaban enamorando y que volaban como cometas blancas dibujando corazones en el cielo", ha recordado.

Uno de los aspectos interesantes que Vinuales ve en el libro es la visión infantil que aporta al niño porque, aun haciendo la misma excursión que el adulto, presta atención a otros aspectos de la naturaleza que a los mayores pasan "desapercibidos", ha apuntado.

Lukas, quien ha reconocido que en verano hace más de una excursión al mes, ha recordado cómo el tren canfranero le recordo en un día de nieve a la película de animación Polar Express, y que la "Ruta de los Dinosaurios de Arén", en la Ribagorza fue la que más le gustó.

"Me encantó, porque hice como si fuera un velociraptor, que era un tipo de dinosaurio, e iba saltando por las rocas muy rápido", ha apuntado.

Además de esta ruta, que "a los niños les gusta bastante", hay muchas otras interesantes, y con un desnivel adecuado, como "Las Pasarelas colgantes del Vero", por las que desde Alquézar atraviesas el río, o el Ibón de Plan, del que la leyenda cuenta que, en la noche de San Juan, "almas puras pueden ver una mora salir de las aguas vestida con joyas y culebras de colores".

También un tramo del Camino de Santiago, desde Canfranc, los Mallos de Riglos, el Parque Nacional de Ordesa, el Ibón de Gorgutos o el pueblo abandonado de Escartín son algunas de estas excursiones.

"¿Falta mucho?"

Para evitar la habitual pregunta de "¿falta mucho?", Viñuales ha recomendado que, a lo largo del trayecto, se realicen juegos, se cuenten historias, se observen a los animales o se recojan flores, sin pretender que la meta sea llegar a la cima, sino disfrutar y conocer estos parajes.

Todo ello, y como siempre que se sale a la montaña, hay que hacerlo con "mucha precaución" y "todavía más si vas con niños", es decir, con el equipamiento y calzado necesario para evitar rozaduras, y comprobando que las condiciones meteorológicas son las adecuadas.

"Hay que quitarse ese miedo. En el Pirineo parece que hay montañas de difícil acceso, pero hay también muchos valles e ibones que se pueden llegar cómodamente andando", ha concluido.