Tecnología

Realidad o ficción

La línea que separa la ciencia de la ficción es cada día más delgada. Artefactos que un día fueron solo sueños de genios creadores de fantasias como Verne o Spielberg son hoy realidad.

Películas y series, novelas y cómics, la ciencia ficción tiene muchas formas y nos hace temer por invasiones alienígenas y futuros apocalípticos, pero también, nos hace soñar con artefactos que hacen la vida más fácil. La magia de la realidad ha convertido muchos de estos artefactos, antaño imposibles, en objetos cotidianos.


Quizá uno de los mejores ejemplos, presente en cientos de películas y series, sea el comunicador inalámbrico de bolsillo, que hoy comúnmente conocemos como teléfono móvil. Muchos soñaron con que un día se quitarían el zapato, como el Superagente 86, y llamarían por teléfono desde cualquier lugar del mundo. Hoy se pueden sentir defraudados con los móviles, pero, aunque la solución elegida no sea tan original, desde luego es más práctica.


Las naves espaciales, además de hacer viajes interestelares que superaban la velocidad de la luz, algo en lo que vamos ciertamente retrasados, tenían otros elementos que sí que hemos ido añadiendo a nuestra vida cotidiana. Típicas eran las puertas que se abrían solas, ahora hay sensores de movimiento que no solo te facilitan el acceso sino que encienden o apagan las luces al detectar tu presencia.




Además, los vuelos espaciales comerciales, que eran carne de ciencia ficción hace tan solo unos años, se convertirán en realidad en poco tiempo gracias a empresas como Virgin Galactic, que prometen convertir en realidad los paseos espaciales para los privilegiados que puedan pagarlo.





Muchas amas de casa de los 70 pensaron, “vale, el hombre ha llegado a la luna, pero yo sigo teniendo que pasar la aspiradora”. Aunque los avances en domótica han sido más lentos que en la ingeniería espacial, hoy en día existen robots capaces de aspirar el suelo evitando obstáculos y recargando sus baterías por sí solos. Además también han presentado un prototipo de ventana inteligente que funciona de pantalla transparente mostrando información del tiempo, noticias o cualquier página de internet.


Guerras tecnológicas

Se han imaginado artefactos que probablemente nunca tengan una réplica real. Muchos fans de ‘La Guerra de las Galaxias’ siguen esperando el momento de blandir sus espadas láser. Sin embargo, el ejército de Estados Unidos comenzó a usar aviones de combate no tripulados en los 90, inventos bélicos como este recuerdan a los androides de combate presentes en la saga.





También estamos acostumbrados a que en las películas de ciencia ficción los generales utilicen espectaculares mapas holográficos en tres dimensiones. La tecnología también ha avanzado en este campo y ya se han podido ver conciertos en el que los cantantes eran sustituidos por hologramas. El fallecido rapero 2Pac pudo ‘resucitar’ frente a los atónitos ojos de sus fans gracias a esta tecnología, y la estrella virtual del pop japones Hatsune Miku congrega a miles de personas en sus directos, pese a no existir físicamente.


Coches voladores

En el ámbito más cotidiano, los conductores siempre han soñado con un coche que vuele como los de la película 'Blade Runner' o que vaya solo como en ‘Minority Report’.




El primer supuesto parece bastante lejano, pero existen inventores inquietos capaces de cualquier cosa por tener su propio vehículo volador, como el estadounidense Paul Moller que presentó su prototipo M200G Vollantor en 2007, algo inestable, pero que volar volaba.





En lo referente a coches autónomos, también se han hecho avances, Google presentó recientemente un sistema que se puede instalar en cualquier vehículo y, gracias a cámaras sensores y un ordenador, permite desplazarse sin tocar el volante.


La película de Spilberg 'Minority Report' quiso ser el fiel reflejo de un futuro cercano y posible. En ella, se pudieron ver, entre otras cosas, periódicos de papel electrónico, flexible y a color en los que las noticias cambiaban ofreciendo información actualizada al minuto. Además del claro paralelismo con las tabletas ya existentes, se están desarrollando pantallas flexibles que en un futuro no muy lejano podrían llegar a sustituir a los tradicionales diarios.


Vigilados

El mito del Gran Hermano es recurrente en la ciencia ficción y con los avances tecnológicos se ha visto reforzado.


En la serie de J. J. Abrams ‘Person of Interest’ la humanidad vive vigilada por millones de cámaras, esto en cierto modo es cierto y aunque en la realidad todavía no se puede predecir la muerte como en la ficción de Abrams, la aplicación SceneTap utiliza las cámaras de seguridad de bares y discotecas para hacer un recuento de la proporción de chicos y chicas de los locales, una información que algunos encuentran muy útil, pero que ya ha sido puesta en cuestión por temas de privacidad.


Traducción simultánea

Una de las grandes barreras ha sido siempre el idioma, y la ciencia ficción también ha tratado de dar solución ha este problema. En el libro ‘Guía del autoestopista galáctico’ los protagonistas se introducían un pequeño pez en el oído (Babble Fish) que les traducía cualquier idioma del universo eliminando todo obstáculo idiomático.


Bastante menos fantasiosa es la solución propuesta por Google. Su aplicación para móviles ‘Google Translate’ utiliza el reconocimiento de voz para convertir una frase en texto, enviarla a sus servidores, traducirla y volver a reproducirla en formato de voz. Las traducciones todavía no son perfectas pero te pueden sacar de un aprieto.


Inteligencia artificial

Hall 9000 era el psicótico ordenador que acosaba a la tripulación de ‘2001: una odisea del espacio’. Años más tarde las máquinas también se volvieron inteligentes en ‘Terminator’ con un resultado poco conveniente para los humanos. Muchos menos inquitante es Siri, el asistente virtual del iPhone, que presume de poder responder a cualquier pregunta del usuario.


Estos son solo algunos ejemplos de cómo poco a poco la ficción se ha ido haciendo real. En el futuro, escritores y guionistas deberán seguir soñando con imposibles, que luego ingenieros y científicos conviertan en realidad.