La lluvia caída durante la mañana y la tarde de Viernes Santo –y que provocó la suspensión del popular desfile de los Romanos- hacía presagiar lo peor. Sin embargo, llegadas las 19.00, el cielo se ha puesto su mejor túnica azul para dar paso a la Solemne Procesión del Santo Entierro, que ha contado con el apoyo de un gran número de fieles en todos los tramos de su extenso recorrido.

Durante las primeras horas, la expectación se ha concentrado al comienzo del itinerario, en la plaza de Santo Domingo y unos metros más adelante, en la confluencia del Coso Bajo con la Correría, donde comienza el ascenso hacia el casco histórico. Allí, se hizo pausible un año más el gran esfuerzo de los cofrades a la hora de portar los pasos en pendiente ascendente hasta llegar a la catedral, desde donde comienza el descenso hacia el Coso Alto.

Caída la tarde, la atención se concentró mayoritariamente en la plaza de la Inmaculada, donde se encuentra la estatua de la Virgen que le da nombre y realizan su tradicional saludo los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Santo Cristo de la Esperanza. Este espacio es también el favorito de los artistas espontáneos que interpretan sus saetas ante las imágenes. Fue también una jornada de novedades. Por un lado, se estrenaba la nueva peana del Cristo Yacente, que era portado a hombros por catorce costaleros. Anteriormente, este paso se llevaba con ruedas.

La procesión de la Esperanza

También era el primer acto público para Alejandro Escuer, el nuevo director de la Banda de Música de Huesca tras el fallecimiento del maestro José Luis Sampériz. La formación ponía precisamente fin a la procesión en la plaza de Santo Domingo tras más de tres horas de recorrido. El programa de la Semana Santa en la capital oscense finalizará el Domingo de Resurrección con la Procesión de Cristo Resucitado, que partiará a las 11.00 también de Santo Domingo y San Martín en dirección a la catedral. Le acompañará también la imagen de la Virgen de la Esperanza.