Semana Santa 2012

1.400 kilos, sobre los hombros de los costaleros

La hermandad de la Institución de la Sagrada Eucaristía de Zaragoza cumplirá el Jueves Santo el sueño que todos sus cofrades tienen desde que se fundara en 1946, sacar el paso de la Santa Cena sobre los hombros de los costaleros.

Los costaleros llevan ensayando desde noviembre
Costalero Eucaristía
ADRIÁN GARASA

1.400 kilos aglutinados en un paso de Semana Santa pasearán durante más de cinco horas por Zaragoza el próximo Jueves Santo. Una hazaña que los "valientes" costaleros de la cofradía de la Institución de la Sagrada Eucaristía realizarán por primera vez desde que se fundara la hermandad en 1946.


La cofradía, ya acostumbrada a proezas de este calibre, saca desde el año 1991 el paso del Cristo del Amor Fraterno sobre los hombros de 30 costaleros. Sin embargo, este año, si la lluvia lo permite, será más especial que nunca. "Por primera vez hemos logrado aglutinar una cuadrilla lo suficientemente amplia para llevar a costal los dos pasos", explicaba Miguel Angel Lasarte, hermano mayor de la cofradía.


El otro paso, que hasta ahora era llevado sobre ruedas, es el de la Santa Cena. Una pieza compuesta por las imágenes de los doce apóstoles, sentados alrededor de la mesa, y de Jesús, quien de pie preside la reunión. En total 13 figuras más la estructura de madera que alcanza un peso aproximado de 1.400 kilos. "Cada costalero cargará unos 35 kilos de peso en ambos pasos", estima Lasarte. El problema es que para este año, tan solo tienen a 75 personas encargadas de los dos pasos y los relevos están justos. "Para la Santa Cena se necesitan 45 costaleros y para el Cristo 30, por lo que no se van a poder hacer relevos", explica el hermano mayor.


45 razones distintas para estar debajo


El hecho de que este año la cofradía haya logrado sacar los dos pasos a costal ya supone un hito único en la Semana Santa zaragozana. Sin embargo, hacerlo con tan pocos efectivos se convertirá en todo un reto. "De toda la vida teníamos la ilusión de poder abandonar las ruedas en el paso porque el sentimiento es distinto", valora Lasarte.


Una emoción que los costaleros transmiten en cada una de las "levantadas" y "chicotas" que realizan durante el recorrido. "Es una frase hecha, pero es verdad porque debajo del paso hay 45 razones distintas para estar allí", traslada Fernando Sánchez, capataz del paso del Cristo del Amor Fraterno.


Sánchez sabe de lo que habla, no en vano llevaba más de una década como costalero. "Es una expresión de compañerismo porque cada kilo que tu no cargas lo hace el otro. Aquí no hay lugar para los personalismos", concreta. Sin embargo, al capataz se le hace más complicado expresar lo que se siente al ser costalero. "Es el disfrutre de estar luchando por una misma cosa y, particularmente, en la cuadrilla todo se hace muy sufrido", traslada Sánchez.


Un sufrimiento que este año estará más presente que nunca, no solo por el esfuerzo que supone transportar el paso sin relevos, sino también por hacerlo por duplicado. "El Viernes Santo volveremos a sacar la Santa Cena en la procesión del Santo Entierro", anuncia el hermano mayor. Una iniciativa que supondrá multiplicar el esfuerzo de los costaleros porque "no tienen casi tiempo de recuperación", relata Sánchez.


"Si se quiere, se puede"


El hermano mayo de la cofradía se muestra seguro a la hora de animar a los hermanos a participar en el costal. "Si se quiere, se puede", dice con valentía. Un aspecto que atendiendo al variado perfil de los costaleros parece ser verdad. Desde atletas hasta urbanitas de sofá y televisión. Desde adolescentes de 18 años hasta adultos de 55 años. En esta penitencia ni la juventud es un grado, ni la fortaleza física una ayuda. "Es cuestión de resistencia y hay gente que por muy preparada que esté físicamente no aguanta más de una hora", relata Sánchez. Un esfuerzo que deja a los cuerpos más fortalecidos como si hubieran pasado por una "picadora". "Se cargan los gemelos de arrastrar los pies, los riñones se agarrotan y los brazos se duermen de llevarlos en alto", especifica Sánchez.


A pesar de todo, cuando el reloj marque las 21.00 del Jueves Santo, los 70 "valientes", volverán a levantar los dos pasos sobre sus costales al grito: "Todos por igual".