Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Miguel Ángel Alario: «El ahorro es una buena fuente de energía»

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Miguel Ángel Alario inauguró en Ibercaja Zentrum, con la charla 'Materiales para la energía', el Año de la Química
miguel ángel alario
CARLOS MUñOZ

PRESIDE la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. CATEDRÁTICO de Química Inorgánica en la Universidad Complutense de Madrid, impulsó la química del estado sólido en España. SU DESEO: que la sociedad española viera la belleza del conocimiento científico y la utilidad de la ciencia en los objetos cotidianos sería su deseo.


PREGUNTA He leído una definición suya de material muy sencilla: «Un sólido que sirve para algo» y, un poco más sofisticada: «Un sólido útil con alto valor añadido». ¿Cuáles son las funcionalidades más valoradas hoy en día en un material?

RESPUESTA Hay una enorme variedad de materiales, algunos multifuncionales. Centrándonos en fotoelectrónica, el silicio lleva años de delantera a otros materiales. Y es un caso claro de valor añadido: todos los países son ricos en silicio, que está en la tierra que pisamos, pero solo diez o doce fabrican silicio con uso electrónico, son capaces de purificarlo, convertirlo en obleas y utilizarlo en transistores, diodos de emisión de luz, células fotovoltaicas... La arena de la playa no vale nada; un kilo de silicio puro en polvo puede costar más de 1.000 euros; si hablamos de silicio monocristalino, el coste se multiplica: una sola oblea de 1 mm de espesor o menos tiene un precio de 200 euros. Y son la ciencia y la tecnología las que permiten sacar este valor añadido, que lleva al progreso y al desarrollo económico.


P. El horizonte de crisis energética se agrava por momentos.

R. Aumenta el consumo de energía y el petróleo sube. Se dice que cuando el petróleo sube 10 dólares, a la economía nacional le cuesta 6.000 euros. Dependemos demasiado de energías importadas. Deberíamos concienciarnos y concienciar a la población. El ahorro es una buena fuente de energía.


P. ¿Qué alternativas hay?

R. La energía fotovoltaica es cara si el petróleo está barato. Ya hay proyectos de aprovechar la energía solar de los desiertos, como el del Sahara o el Gobi, y traerla por cables superconductores o por cables de corriente continua en lugar de alterna (lo que permite que las pérdidas de energía en el transporte sean solo de 3-5%). Está en ello la fundación alemana Desertec. También las universidades de Tokio, Argelia y Túnez plantean fabricar células fotovoltaicas con la sílice de la arena del desierto y utilizar esa energía para desalar agua, abastecer ciudades, etc. Pensemos que, en 6 horas, los desiertos de todo el mundo reciben tanta energía como la que consume todo el planeta en un año. Ya hay críticos que alertan para que no sea una nueva colonización, para que no les quitemos el sol a los africanos. Obviamente, se trata de que todo se haga en colaboración con esos países.


P. ¿Necesitamos un paso cualitativo, de ciencia básica, para superar los problemas energéticos?

R. Toda ciencia sirve para algo. El nobel George Porter dijo con mucho acierto que «hay ciencia aplicada y ciencia que aún no ha sido aplicada». Sin embargo, no es imaginable el descubrimiento de nuevas fuentes de energía. La de fusión sigue siendo difícil que funcione, y menos a escala comercial; los superconductores aún no han superado las limitaciones de las bajas temperaturas. Pero hay materiales novedosos muy interesantes. La naturaleza fabrica materiales idóneos, los mejores para cada aplicación, como los biominerales, con una parte de proteína y una parte mineral, que aparecen en las conchas de los moluscos o los dientes de los roedores o el pico de un pavo.


P. La naturaleza es buena maestra.

R. Así es. Copiando a la naturaleza obtenemos ‘nuevos’ materiales. La fotosíntesis ha inspirado a Michael Glätzer, premio Millenium –el ‘Nobel’ de Tecnología– las células solares sensibilizadas con colorantes orgánicos. Ya se fabrican en una fábrica galesa. Son flexibles y, aunque de momento tienen poco rendimiento, aportan la ventaja de que funcionan incluso con poca luz.


P. ¿Y la energía del hidrógeno?

R. Guardar energía es más difícil que guardar dinero. Creo que, en el futuro, se usará el hidrógeno para generar electricidad, pero es poco probable que lo llevemos en el coche a corto plazo.


P. Fue uno de los firmantes del Manifiesto de El Escorial. ¿Cómo está la situación de la ciencia en España actualmente?

R. Lo que se pretendía –que la ciencia fuera considerada cuestión de Estado, independiente de los avatares políticos– no se consiguió. La ciencia española avanza en dientes de sierra, con picos y valles. En la enseñanza está la clave. Un país es lo que es su enseñanza, y un país sin ciencia es un país sin influencia. Sobre todo, habría que enseñar ciencia a quienes no van a ser científicos.