Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Al servicio de la ciencia y la acción humanitaria

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El enorme Global Hawk se utiliza en operaciones militares, labores científicas y ayuda humanitaria
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NORTHROP GRUMMAN

EL ‘EMPERADOR’

Los Sistemas Aéreos No Tripulados (UAS) también se emplean para recoger información científica y valorar el alcance de los grandes desastres naturales. Por ejemplo, un Global Hawk norteamericano fue utilizado para evaluar los daños del letal terremoto que asoló Haití el 12 de enero de 2010. Con un peso de 14.500 kilos, una autonomía de 36 horas, un alcance cercano a los 23.000 kilómetros, tan grande como un avión espía U-2 y con capacidad para albergar casi 1.400 kilos de sofisticados equipos, el Global Hawk está considerado como ‘el emperador de los UAS’.


La Nasa también utilizó un Global Hawk el pasado mes de agosto para estudiar in situ el proceso de transformación de las tormentas tropicales en huracanes. Repleto de sensores, el avión no tripulado se sumergió en la tormenta Earl cuando esta se encontraba en las proximidades de Haití y Puerto Rico. Durante seis semanas, fue enviando los datos adquiridos al satélite español Amazonas 2 de Hispasat, que los retransmitía al Centro de Investigaciones Dryden de California para su análisis. De este modo, se evitó poner en peligro grave a la tripulación de un avión meteorológico.


Otros dos Global Hawk llevaron a cabo hace unos meses una importante misión científica sobre el Polo Norte por encargo de la Agencia de Meteorología de Estados Unidos (NOAA). Dada su capacidad para volar al doble de altura que un avión comercial, midieron y tomaron muestras del ozono, aerosoles y compuestos existentes en la troposfera inferior y superior, datos cruciales para analizar la evolución de la meteorología invernal en el Ártico y el proceso de destrucción de la capa de ozono en el hemisferio Norte.