Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Experimenta con un 'snack' y... música

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Para participar en este experimento solo necesitas dos cosas: un aperitivo bien crujiente, dulce o salado, y un equipo de música. Comenzamos.


Come la mitad del ‘snack’ en el más completo de los silencios que puedas conseguir en tu casa, fijándote bien en dos aspectos que tendrás que evaluar: el sabor y lo que cruje. Después, en una escala de 0 a 5, valora la intensidad del sabor del alimento, siendo el 0 lo más insulso y el 5 el máximo de intensidad de sabor. Valora también lo crujiente que te resulta en una escala análoga, donde el 0 signifique nada crujiente y el 5 lo más crujiente.


A continuación, consume la otra mitad del ‘snack’ con el disco más estruendoso que tengas en casa como ruido de fondo y valora de nuevo, empleando las mismas escalas, la intensidad del sabor y lo crujiente que te resulta.


Compara ambos resultados y responde a estas preguntas:


1. ¿El ‘snack’ te resulta más sabroso en silencio o con música ruidosa?


2. ¿El ‘snack’ te resulta más crujiente en silencio o con música ruidosa?

Ahora, nosotros necesitamos conocer tus respuestas para compararlas con las conclusiones de una investigación realizada en la Universidad de Manchester (Gran Bretaña). Puedes hacérnoslas llegar a través de los comentarios de este artículo, por correo electrónico: milenio (-arroba-) heraldo.es o bien mediante Twitter (utilizando el ‘hashtag’ #experimenten) o Facebook .


El día 14 de diciembre podrás comprobar si tu percepción coincide con los resultados alcanzados por los investigadores británicos, que se han publicado en la revista ‘Food Quality and Preference’.


Ahora puede que no te resistas a probar qué pasa con otro ‘snack’ y diferentes discos...