Tercer Milenio

En colaboración con ITA

"Rodando trato de entender qué es la vida en el planeta"

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Fernando González Sitges, junto a un rinoceronte en Kenia
gonzález sitges

Biólogo de formación, eligió dedicarse al audiovisual desde la productora Explora Films. Andará ahora por los Emiratos Árabes, haciendo un documental para ‘National Geographic’. En diciembre rueda en Etiopía y, a principios de año, en México. Su primera serie larga le llevó a recorrer América de Norte a Sur. “Fue mi viaje de Darwin”. Explora Films produce documentales de naturaleza, historia, arte... Vende en todo el mundo.


PREGUNTA ¿La naturaleza es la reina del documental científico?

RESPUESTA Si nos incluimos los seres humanos, que deberíamos, y yo lucho por eso, sí. Naturaleza es todo. Pero hay mercados que no admiten esa visión global y prefieren documentales solo de animales.


P. ¿Qué aporta el formato audiovisual a la divulgación de la ciencia?

R. El documental es el mejor medio para divulgar la ciencia. Hay ramas más difíciles, como la microbiología o la genética, porque precisan recreaciones por ordenador, que son más caras. Con internet, hay mucha información pero poco conocimiento; con los documentales, información y conocimiento van a la par, y, apoyándonos en la imagen, se llega a la gente.


P. ¿Entienden esto las televisiones?

R. La televisión estatal es muy tonta; creen que al espectador hay que darle lo que quiere, en vez de educarle y que demande cosas de más calidad. Y el documental es una vía maravillosa. No hablo solo de darle sitio en la parrilla, sino de apoyarlo, de involucrarse en las producciones. Inglaterra me da envidia; allí, los estrenos documentales son récord de audiencia.


P. ¿De qué debe despojarse el mensaje científico para llegar al público por los ojos?

R. Si metes tecnicismos, la gente se desengancha; hay que apoyarse en la imagen e introducir conceptos elementales sin pensar que la gente es tonta.


P. Cada vez se ven más vídeos en internet, piezas muy cortas, de consumo rápido y fácil difusión. ¿Estos formatos son el futuro?

R. Es el futuro-presente. En uno o dos minutos se pueden contar grandes historias. Es casi documental con el lenguaje de la publicidad. Estas piezas llegan más al público joven y permiten descargas a móviles. Ya se buscan documentales de 360 grados: se trata de generar, sobre una base documental de una hora, un todo con piezas independientes de dos minutos y que puedas interactuar. Es como ver el documental en píldoras. Son nuevas fórmulas que me resultan sugestivas porque te hacen cambiar, espabilarte.


P. ¿Cómo pasó de la zoología a la producción audiovisual?

R. Vi que la ciencia es tan especializada que acabaría dedicándome a una singularidad de una especie, a un detalle. Tenías que enfocar tanto que sabías mucho de muy poco y dejabas de ver el conjunto. El documental da una visión global, completa, entiendes qué es la vida en el planeta. Este enfoque va más allá de lo científico; es casi un interés filosófico. Pero nunca me separo de la asesoría científica. Intento contar con los mejores especialistas del mundo, para que cuenten a cámara sus investigaciones.


P. Su trabajo ‘Los herederos del arca: planeta global’ ha ganado el premio al Mejor Documental en la Bienal Internacional de Cine Científico de Ronda.

R. Aborda los problemas de conservación del mundo. Quisimos que problemas concretos compusieran un rompecabezas que da una visión general; por eso está centrado en el África Ecuatorial. Así vemos, por ejemplo, que el hecho de que los países europeos sobrepesquemos en la costa del golfo de Guinea puede desembocar en que los chimpancés de Uganda estén empezando a cazar niños. Casos así te dan una visión de que todos somos parte de la solución y parte del problema de la ecología del planeta.


P. ¿Qué relación hay entre el pescado que comemos y esos ataques a niños?

R. Cuando comes un pescado que te gusta, de una especie sobreexplotada, las capturas en la zona originaria bajan; lo que pescan los pescadores locales se consume solo junto a la costa porque ya no hay suficiente para vender pescado en el interior; al faltar este alimento, los furtivos buscan ‘proteínas de selva’, en competencia con los chimpancés, que salen a los campos de cultivo y, a veces, cazan niños y se los comen. La zona donde esto es más sangrante es el parque nacional Kibale, en Uganda.


P. ¿Y cómo podemos evitarlo?

R. Es fácil decir: no caces chimpancés o gorilas, no tales bosques. Vivimos en una economía de la abundancia y, si queremos conservar los ecosistemas, ya no solo la especie, tenemos que pagar por ello. Hemos explotado a los países pobres y no podemos exigirles que no los exploten ellos, pero tenemos que pagarles por conservarlos. Es la única baza para la naturaleza virgen.


P. ¿Cómo se conciencia sobre esto desde un guión?

R. La gente está tan acostumbrada a las atrocidades que te preguntas cómo conseguir calar con este mensaje. Si en el telediario ves a niños que mueren de hambre, ¿cómo concienciar sobre la conservación de las selvas centroafricanas? Pero, en el fondo, todo es parte del mismo problema.