Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Dadme una bacteria y moveré el mundo

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FÁBRICAS DE ENERGÍA

Uno de los campos donde más inversión (sobre todo privada) está recibiendo la Biología Sintética es en la obtención de energía. Existen diversos frentes abiertos. Numerosos grupos de investigación, alentados por las ayudas gubernamentales, trabajan en la Iniciativa de Biocombustibles de Bush, que trata de conseguir producciones rentables de etanol en EE. UU. Más ambiciosa es la aproximación de Craig Venter que, con sus 10 millones de genes secuenciados, quiere afrontar el problema de la energía desde todas las vertientes: desde nuevos combustibles a mejora de producción o reducción de la contaminación. También están los que han decidido intentar producir directamente crudo o incluso gasolinas refinadas, como la compañía californiana LS9. Y otros, como los integrantes de Biomodular H2, que quieren conseguir ese ansiado hidrógeno limpio y barato. Todos ellos se pasan el día yendo de las bacterias al ADN y de ahí a las proteínas; de las señales celulares a los modelos de ordenador; del laboratorio a la oficina de patentes, todo ello para mover el mundo con la Biología Sintética.

 

Artículo publicado en Tercer Milenio el 19 de febrero de 2008.