Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Una pintura como escudo

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La pintura Inesfly esconde en realidad una nueva tecnología de microencapsulación que puede usarse en diferentes formatos (no solo en forma de pintura sino también en líquidos o aerosoles) y que permite almacenar tanto insecticidas convencionales en bajas dosis como reguladores del crecimiento de los insectos (IGR). Estos reguladores actúan interfiriendo en la función hormonal e inhibiendo la síntesis de la quitina, imprescindible para el desarrollo de su exoesqueleto. Los IGR son efectivos en cantidades muy pequeñas y, al ser altamente específicos, no parecen tener apenas efecto sobre los humanos o la vida silvestre. La tecnología Inesfly permite una liberación lenta y sostenida de los compuestos, aumentando el tiempo de eficacia respecto a las campañas de control actuales, basadas en insecticidas convencionales. Además, como afirma Javier Lucientes, “Inesfly permite que las dosis de principios activos sean mucho más constantes, lo que reduce considerablemente el riesgo de que se generen resistencias”. Actualmente se están llevando a cabo diversos ensayos para poder aprobar su uso contra el mal de Chagas, el dengue o la malaria, entre otras enfermedades.