Tercer Milenio

En colaboración con ITA

RUMBO AL FUTURO

Carreteras más listas que el hambre

¿Ciencia ficción o tecnología-prognosis? Este artículo sitúa al lector en el año 2025 para presentar un escenario absolutamente viable con la voluntad y los apoyos necesarios: un nuevo concepto de conducción cooperativa vehículo-vehículo y vehículo-infraestructura implementado a gran escala y con éxito en una carretera aragonesa. Descendiendo ya al plano real, el artículo también alude al papel que algunos proyectos actuales de I+D, con participación o liderazgo de diversas entidades aragonesas, pueden desempeñar en la construcción de la soñada 'carretera del futuro'.

Poco se parecerán las carreteras del futuro a las que hoy conocemos; habrá más tecnología pero también un cambio de concepto.
carretera
JOSÉ MIGUEL MARCO

SOÑANDO DESPIERTOS

Como visionarios habría que calificar a los integrantes de aquel grupo de investigadores y tecnólogos aragoneses que, a principios de la década de 2010, lograron convencer a los responsables políticos nacionales y regionales, a diversas empresas constructoras de infraestructuras y a inversores financieros para que la región participara en el que se convertiría en el primer proyecto europeo de demostración a gran escala de las nuevas tecnologías para el tráfico inteligente por carretera. Según la evaluación a medio plazo publicada el pasado mes de enero de 2025, el tramo de carretera inteligente Ara WAY -como se la conoce a nivel internacional- entre Fraga y Tudela y su prolongación hasta Huesca, abierto al tráfico en el año 2016, ha evitado al menos 47 víctimas mortales y cerca de 900 heridos graves. Desde un punto de vista socio-económico, en solo sus diez primeros años de funcionamiento ya se ha recuperado la considerable (y controvertida en su momento) inversión inicial en obra civil y últimas tecnologías para la gestión y el guiado automático del tráfico vial. Entre otros logros, Ara WAY ha sido capaz de demostrar que es posible construir y gestionar una carretera de modo absolutamente sostenible, utilizando en su construcción y mantenimiento materiales reciclados y reciclables y creando nuevos bosques en la región para la captura del CO2 generado por los ahora escasísimos vehículos contaminantes que utilizan esta vía.


EN VANGUARDIA

Para que el párrafo anterior fuera realidad en 2025, la hipotética Ara WAY incorporaría relevantes innovaciones tecnológicas. ¿Cuáles? Volvamos al terreno de la imaginación.


El carril reservado para vehículos inteligentes es probablemente una de las principales primicias. Apenas utilizado por unos pocos cientos de vehículos cuando se abrió la nueva carretera -principalmente vehículos de flotas públicas y de transporte de mercancías-, en la actualidad su grado de ocupación es en algunos periodos del día cercano al cien por cien y, en cualquier caso, muy superior al del resto de carriles. En este carril se practica la conducción cooperativa (por ello dicho carril se denomina carril ‘cond-coop’): el primero de los vehículos del ‘pelotón’ está profusamente dotado de sensores (visión artificial, tecnología de radiofrecuencia y un sistema de posicionamiento vía satélite extremadamente preciso similar al que utilizan los aviones para los aterrizajes automáticos) y actúa de liebre, mientras que el resto de vehículos se limita a seguirlo a la distancia de seguridad preestablecida. Los vehículos ‘seguidores’, por su parte, mantienen su posición lateral en el carril bien mediante visión artificial o bien siguiendo un hilo-guía integrado en el pavimento. Este hilo forma parte de un sistema sorprendentemente sencillo utilizado para recargar, mediante inducción y a medida que se desplazan, las baterías de los vehículos eléctricos. Por cierto, que los vehículos eléctricos suponen ya más del 55% de todos los que circulan por el carril ‘cond-coop’. Atrás quedaron los tiempos del estrés al volante: ahora el conductor que utiliza dicho carril solo tiene que actuar sobre el volante (o el ‘joystick’, según el modelo de vehículos) para, por ejemplo, acceder a las áreas de descanso o desviarse por otra carretera.


SEGURIDAD PASIVA

La seguridad pasiva de Ara WAY ha sido también uno de los aspectos más alabados de este ‘buque insignia tecnológico’ aragonés y otra de sus mayores primicias a nivel mundial. En este ámbito, el éxito radicó en la combinación de las contribuciones tecnológicas de diversos proyectos de investigación de la década de los 2000, como Smart RRS. El objetivo de este proyecto fue desarrollar sistemas de contención avanzados (barreras o pretiles de carretera inteligentes) que protegieran a todos los tipos de usuarios: desde ciclistas hasta vehículos pesados de hasta 60 toneladas. Al contrario de lo que sucedía hace dos décadas, la deformación de las nuevas barreras instaladas en Ara WAY es progresiva, de modo que actúan como un suave colchón en el caso de recibir el impacto de un usuario vulnerable (ciclista, motorista, etcétera) o como una resistente barrera si se trata de un vehículo pesado. Además, los materiales inteligentes de las barreras son capaces de autorregenerarse en la mayoría de los impactos, con lo que los tiempos en los que las zonas dañadas se señalizaban con conos naranjas y tardaban semanas en ser reparados han quedado totalmente en el olvido y para las carreteras ‘antiguas’. Otra innovación particularmente llamativa: en caso de accidente, y en menos de tres minutos, los operarios del centro 112 y los vehículos de emergencias reciben vía wifi imágenes en directo enviadas por helicópteros de reconocimiento no tripulados (los mismos que se encargan de vigilar continuamente el estado de la vía, la posible presencia de obstáculos o animales sueltos, infracciones, etcétera).


Tanto en la seguridad del tráfico como en su eficiencia, el protagonismo del centro de control y apoyo al tráfico ubicado en la Ciudad del Motor es indudable. Por cierto, que este control de la circulación no sería posible sin la información que es intercambiada de modo continuo entre los vehículos y la infraestructura (estado de funcionamiento general de los automóviles y de sus sistemas de seguridad en particular, destino, hora objetivo y paradas intermedias previstas o posibles, existencia de asientos libres para ‘car-pooling’ o viajes compartidos…). Dicho intercambio de información y la disponibilidad de los vehículos para obedecer instrucciones (como, por ejemplo, disminuir la velocidad para dejarse adelantar o detenerse a recoger a un nuevo viajero) son algunos de los parámetros utilizados para calcular el coste final del peaje, o las bonificaciones a las que optan los vehículos más ‘cooperativos’.


VELOCIDAD SOLIDARIA

Recuerden que seguimos en nuestro sueño, y que nos hemos trasladado al año 2025. El centro de control es también el que determina la velocidad óptima de los vehículos en cada punto del recorrido considerando parámetros como: la minimización del tiempo de recorrido total del conjunto de vehículos en circulación; la reducción máxima de emisiones, y, por supuesto, la velocidad segura en función del estado de la vía y del tiempo atmosférico. Atrás quedaron los días en los que la velocidad de circulación era elegida libremente por cada conductor con el objetivo de maximizar su beneficio individual, algo que normalmente iba en contra del beneficio colectivo y, a menudo, también reducía dicho beneficio individual (por no hablar de los accidentes que ello ocasionaba). El modo de percibirse socialmente el beneficio asociado a la velocidad, dicho sea de paso, también supuso en su momento un revolucionario cambio cultural; cambio que fue promovido principalmente por las asociaciones de víctimas de accidentes y que comenzó a atisbarse en el plan integral de seguridad vial para Aragón presentado en el año 2010.


Insistimos en que está usted leyendo una futurible ficción antes de proseguir diciendo que Ara WAY podría ser un instrumento clave a la hora de situar a Aragón en el mapa tecnológico mundial. De materializarse este sueño, cualquier técnico de tráfico en cualquier rincón del mundo, desde Estados Unidos hasta Japón, pasando por Sudáfrica, sabría dónde se están probando los sistemas más avanzados para carreteras inteligentes. Una iniciativa visionaria planteada como respuesta a la crisis económica de los 2010 y que cumpliría ahora (en el año 2025) una década de funcionamiento.


INÉS MONCADA ES DOCTORA INGENIERA INDUSTRIAL Y ESPECIALISTA EN SEGURIDAD VIAL