Se reunieron ayer en la sede en Madrid y el encuentro fue algo más rápido de lo previsto. El máximo responsable federal del PSOE, Pedro Sánchez, recibió por la mañana a su secretario regional en Aragón, Javier Lambán, para reclamarle su apoyo en la batalla interna que vive el partido. Sánchez le solicitó claridad en su posicionamiento y cierre de filas con la dirección federal para reforzar así la unidad del PSOE. Por su parte, Lambán habría trasladado el apoyo de los socialistas aragoneses a Pedro Sánchez, pero con la exigencia de que cualquier pacto con Podemos y los nacionalistas deje fuera del debate la unidad de España y mantenga las "líneas rojas" que aprobó el Comité Federal del PSOE. Asimismo, Sánchez también ha mantenido contactos con otros barones socialistas que han mostrado discrepancias, como el presidente de Castilla-La Mancha y el de Extremadura.

Aunque Lambán mantiene que el PSOE aragonés siempre ha respaldado al secretario general del partido, algunos dirigentes socialistas no lo tienen tan claro. Así, en la dirección federal no han pasado desapercibidos los pronunciamientos de Lambán en defensa de los barones regionales que han cuestionado a Sánchez ni los gestos de apoyo hacia la andaluza Susana Díaz y el asturiano Javier Fernández. También hay que tener en cuenta la ejecutiva regional que convocó Lambán el 29 de diciembre y en la que se evitó apoyar el planteamiento de Sánchez de retrasar cualquier congreso federal hasta que haya un nuevo gobierno.

Las discrepancias se han producido también por el diferente análisis del escenario tras los resultados del 20-D. Ferraz sí cree que se puede formar un pacto de izquierdas con Podemos y el apoyo de fuerzas nacionalistas. Sin embargo, el PSOE-Aragón no comparte –al menos hasta ahora– ese planteamiento y no se cerró a la idea de unas nuevas elecciones, con un congreso federal previo en el PSOE que aclare el liderazgo. Eso, pese a que en Aragón, Lambán fue investido gracias al apoyo de Podemos, CHA e IU.

La opción principal que habrían analizado ayer Sánchez y Lambán sería un pacto del PSOE con Podemos e IU, que contase con la abstención de C’s y sin depender de independentistas. En ese acuerdo deberían garantizarse la estabilidad territorial, que sería la principal cesión de Podemos. Este escenario se encuentra con el problema de que la formación que lidera Rivera ya ha manifestado que votaría en contra de un presidente apoyado por Podemos.

Por otro lado, tanto Sánchez como Lambán están de acuerdo en que en ningún caso van a apoyar a un gobierno de Mariano Rajoy ni de otro candidato del PP, así que descartan la abstención. Este planteamiento también se planteó en el comité federal del PSOE. Además, ambos coincidieron en que llegar a un escenario de repetición de elecciones sería un fracaso y que por tanto –una vez que Mariano Rajoy no salga elegido en su sesión de investidura– toca explorar todas las opciones posibles de gobierno.