San Juan de Duero, el monumento más visitado de Soria

Sólo durante el ejercicio 2016 el número de visitantes creció un 23%, con agosto como mes récord.

Un grupo de turistas en el los arcos de San Juan de Duero
Un grupo de turistas en el los arcos de San Juan de Duero
Mario Tejedor

El poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer quiso comprarlo en torno al año 1860 con la visionaria intención de construir en él un museo. No fue entonces posible, pero el monasterio de San Juan de Duero, abandonado ya entonces, tendría un papel fundamental en muchas de sus leyendas sorianas, especialmente en su inmortal ‘El monte de las Ánimas’. Quizá eso haya ayudado a que, a día de hoy, sea el monumento turístico más reconocido de la capital soriana y, probablemente, uno de los que más tránsito de visitantes recibe en la provincia.

Estampa habitual en los libros de arte escolares, los Arcos de San Juan de Duero cerraron el año pasado con 71.110 visitantes, un 13,2% más que en 2015, ejercicio en el que se computaron 62.781 turistas. Sólo en el período comprendido entre los meses de junio y septiembre de 2016 pasaron por sus conocidos Arcos 27.955 personas, con agosto como el mes de récord: 10.297 visitantes.

El Yacimiento Arqueológico de Numancia, por ejemplo, recibió 37.000 turistas en el año 2016.

¿Pero en qué reside el secreto de su atractivo? Para Carmen Frías, de la Asociación Patrimonio y Sostenibilidad, los Arcos de San Juan de Duero y el antiguo monasterio son un ejemplo "único" dentro del estilo románico hispano. "Tiene el claustro de planta cuadrangular con tres puertas abiertas en los ángulos; y algo inusual e inédito: cuatro estilos artísticos diferenciados en cada una de las galerías; estilos que se desarrollan a lo largo la mitad de cada una de ellas", explica. Precisamente, esta diversidad, añade, "la constituyen arcos de medio punto sobre capiteles historiados siguiendo la ortodoxia románica, arcos de herradura sobre capiteles de entrelazados, arcos apuntados dobles o simples entrecruzados con algunos restos de policromía y arcadas apuntadas de herradura".

Para el profesor Martínez de Aguirre, su espectacular claustro en ochovamiento podría haber pretendido evocar el Santo Sepulcro de Jerusalén. Algo no descabellado puesto que el templo estuvo dedicado en origen a esta advocación.

Monumento Nacional desde el 25 de agosto de 1882, tras años de desacralización y deterioro, San Juan de Duero fue erigido en la primera mitad del siglo XII por la Orden militar de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén y tras diversos avatares ‘protegiendo’ la entrada a Soria desde orillas del Duero, el núcleo monástico se mantuvo habitado hasta el siglo XVIII. Fue convertido en centro anexo del Museo Numantino en el año 1973 y desde 1978 acoge los fondos de su sección medieval.

En el año 2008 dentro del concurso ‘Maravillas del románico español’ organizado por la Fundación Santa María La Real, el monasterio de San Juan de Duero quedó situado en el cuarto puesto, tras San Isidoro de León, la catedral de Santiago de Compostela y la catedral vieja de Salamanca.

Pero, San Juan de Duero es mucho más que sus populares ‘Arcos’. "Si el claustro tiene un gran interés no lo tiene menos la iglesia", añade Carmen Frías.

El templo, quizá uno de los grandes desconocidos, "conserva la tipología propia del románico soriano con nave única cubierta con armadura de madera y cabecera compuesta por presbiterio recto y ábside semicircular cerrados con bóvedas de cañón y horno, respectivamente", describe la secretaria de la Asociación Patrimonio y Sostenibilidad. Y en el interior del conjunto destacan, prosigue Frías, dos elementos adosados al muro Este de la nave: "Dos baldaquinos a modo de templetes muy poco usuales en la arquitectura medieval hispana. Están techados con curiosas bóvedas y cuentan con capiteles historiados de excelente factura", concluye.

Para el Ayuntamiento de Soria, San Juan de Duero es uno de los principales atractivos turísticos de la capital. El antiguo convento Hospitalario forma parte de tres de las rutas principales para conocer la ciudad elaboradas por el municipio: la de orillas del Duero, la Soria románica y la templaria y caballeresca.

No en vano, la segunda oficina municipal de turismo dependiente del Consistorio soriano, el Centro de Recepción de Visitantes del Fielato, está ubicada a escasos metros de este emblemático monumento.

En este sentido, el aumento de visitantes registrado en este enclave monumental durante el año pasado no puede tampoco desligarse del repunte del turismo alcanzado en la capital soriana que se concretó en 2016 en 53.064 atenciones realizadas en las oficinas de turismo dependientes del Consistorio, un 23% más que las efectuadas en 2015.

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