La crioestimulación de todo el cuerpo puede ser un tratamiento adicional útil para la obesidad

Los niveles de colesterol y otras grasas en sangre mejoraron el doble en personas con obesidad expuestas a frío extremo durante un breve periodo de tiempo.

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La crioestimulación de todo el cuerpo puede ser un tratamiento adicional útil para la obesidad
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La crioestimulación de todo el cuerpo es un tratamiento "complementario" útil para la obesidad, según sugiere una investigación que se presenta en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO) que se celebra en Dublín (Irlanda).

Los niveles de colesterol y otras grasas en sangre mejoraron el doble en personas con obesidad expuestas a frío extremo durante un breve periodo de tiempo, en comparación con las que recibieron un tratamiento simulado.

Los sometidos a crioestimulación corporal completa también experimentaron una mayor reducción del perímetro de la cintura y de los niveles de azúcar en sangre.

En palabras del doctor Jacopo Fontana, del Istituto Auxologico Piancavallo IRCCS (Italia), recuerda que "se sabe por investigaciones anteriores que la crioestimulación corporal completa puede tener efectos potentes en el cuerpo humano".

Puede aumentar la actividad del sistema nervioso parasimpático y actuar como un novedoso tratamiento antiinflamatorio y antioxidante que, en conjunto, puede tener efectos beneficiosos sobre la composición corporal, incluida la proporción de tejido adiposo", añade.

Es este sentido, destaca que "cada vez son más los trabajos que sugieren que la crioestimulación corporal completa es un tratamiento adyuvante o complementario útil para una serie de afecciones, como la artritis reumatoide, la fibromialgia, la esclerosis múltiple, las afecciones musculoesqueléticas inflamatorias y la covid prolongada. Queríamos investigar su posible papel coadyuvante en el tratamiento de la obesidad".

El doctor Fontana y sus colegas estudiaron el efecto de la crioestimulación corporal completa en la composición corporal, la presión arterial, la variabilidad de la frecuencia cardiaca, los perfiles lipídicos y hematológicos y el rendimiento físico de personas con obesidad.

Un total de 29 participantes (12 hombres y 17 mujeres, con un IMC >30 kg/m2) fueron hospitalizados para someterse a un programa de rehabilitación multidisciplinar (que incluía un plan dietético personalizado, apoyo psicológico y actividad física supervisada) y asignados de forma no aleatoria a un grupo que recibió 10 sesiones de crioestimulación corporal completa de 2 minutos a 110°C bajo cero en una criocámara durante dos semanas (WBC) o a un grupo de control que recibió la misma intervención a temperaturas no crioestimulantes de 55°C bajo cero (SHAM).

Se mantuvo un contacto vocal y visual regular con los pacientes, que vestían ropa mínima, como camiseta, pantalones cortos y zuecos de plástico, y se habían quitado gafas, lentillas y joyas metálicas antes de entrar en la cámara.

Los niveles de triglicéridos, colesterol total y colesterol HDL y LDL disminuyeron en ambos grupos, pero los descensos fueron el doble en el grupo de crioestimulación corporal completa. Al cabo de dos semanas, los niveles medios de triglicéridos habían descendido un 17% en el grupo WBC, frente al 8,7% en el grupo SHAM, el colesterol total (descenso del 20,2% en el grupo WBC frente al 9,4% en el grupo SHAM), el HDL (descenso del 12,7% frente al 6,3%), el LDL (descenso del 24,7% frente al 10,5%).

Del mismo modo, los niveles de glucosa en sangre (descenso del 10,3% frente al 2,8%) y el perímetro de la cintura (descenso del 5,6% frente al 1,4%) disminuyeron en ambos grupos, pero los descensos fueron mucho mayores en el grupo de crioestimulación corporal completa.

Se cree que estos resultados se deben a que las bajas temperaturas favorecen la conversión del tejido adiposo blanco en tejido adiposo marrón. A bajas temperaturas, la grasa parda descompone el azúcar (glucosa) y las moléculas de grasa para crear calor y ayudar a mantener la temperatura corporal.

La presión arterial diastólica disminuyó más en el grupo de crioestimulación corporal completa (un 9,9% frente a un 3,9%), mientras que la frecuencia cardiaca disminuyó en el grupo SHAM pero aumentó en el grupo de crioestimulación corporal completa.

El rendimiento físico, medido en pruebas de fuerza de agarre con las manos y velocidad al caminar, mejoró en la misma medida en ambos grupos.

La actividad del sistema nervioso parasimpático, la rama del sistema nervioso autónomo que relaja el cuerpo tras periodos de estrés y controla la frecuencia cardiaca, la presión sanguínea, la digestión y otras respuestas "automáticas" (involuntarias) durante los periodos de descanso, aumentó en ambos grupos, pero el aumento fue mayor en el grupo de crioestimulación corporal completa.

El doctor Fontana afirma que "la actividad del sistema nervioso parasimpático, o tono parasimpático, se asocia en estudios clínicos con el bienestar mental y físico y un menor riesgo de mortalidad, sobre todo en lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares. Un aumento del tono parasimpático, como el observado aquí, tiene posibles beneficios para la salud de los participantes a corto y largo plazo".

Los investigadores concluyen que la temperatura de menos 110°C en el grupo de crioestimulación corporal completa indujo efectos más fuertes en los perfiles metabólicos y hematológicos (glucosa y lípidos), la composición corporal (perímetro de la cintura) y los signos vitales que los menos 55°C experimentados por el grupo SHAM.

"Nuestros resultados indican que la crioestimulación de cuerpo entero es beneficiosa en el tratamiento de la obesidad -concluye el doctor Fontana-. Las mejoras en las grasas y la glucosa en sangre fueron especialmente llamativas, pero se necesitan estudios más amplios y de mayor duración para confirmar estos resultados preliminares".

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