Antihistamínicos contra la alergia: efectos secundarios y cuándo tomarlos
Son los fármacos más empleados en el tratamiento de las enfermedades alérgicas. Algunos de ellos son de venta libre en farmacias.
Son fármacos que sirven para reducir o eliminar los efectos de las alergias, bloqueando la acción de la histamina -sustancia química que se libera en el cuerpo durante las reacciones alérgicas- a través del aislamiento de sus receptores. Son los antihistamínicos.
Medicamentos muy conocidos entre los alérgicos y también entre quienes, de manera puntual, padecen episodios de urticaria en la piel, especialmente los más pequeños, que no están exentos de causar efectos secundarios.
Cuándo se recomienda tomar antihistamínicos
Los medicamentos para tratar alergias están disponibles en forma de píldoras, líquidos, inhaladores, aerosoles nasales, gotas para los ojos, cremas para la piel e inyecciones y deben tomarse cuando se presentan los siguientes síntomas:
- Congestión, secreción nasal, los estornudos o la picazón.
- Hinchazón de las vías nasales.
- Urticaria y otras erupciones cutáneas
- Picazón y la secreción de los ojos
Cómo tomar antihistamínicos
Si se opta por adquirir un antihistamínico de venta libre, desde MayoClinic -referencia nacional en páginas web médicas- recomiendan a los pacientes leer la etiqueta de información farmacológica con atención y seguir las instrucciones de dosificación. El motivo es que alguno de ellos pueden causar los siguientes efectos secundarios:
- Somnolencia
- Sequedad de la boca
- Nerviosismo o irritabilidad
- Cambios en la visión o visión borrosa
- Disminución del apetito
- Mareos
En este sentido, según MayoClinic lo recomendable es preguntarle al farmacéutico o a nuestro médico. Este profesional dará todas las indicaciones necesarias y detallará si es el medicamento adecuado, qué efectos o cómo puede afectar, en el caso de que se combine con otro fármaco.
Los expertos señalan otra serie de precauciones en el caso de que sea un paciente con diabetes, con epilepsia, con una enfermedad cardíaca o presión arterial alta, con glaucoma o con hiperactividad de la tiroides.
En el caso de los niños, estos, según recuerdan desde las Administración de Medicamentos y Alimentos, necesitan diferentes dosis de medicamentos y distintos fármacos que los de los adultos.
