Tensión arterial alta: síntomas, cómo saber si te sube, cómo bajarla y qué hacer

El doctor Luis Miguel García y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria da las claves para estar alerta y reaccionar de manera eficaz. 

Tensión arterial.
Tensiómetro para medir la tensión arterial
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El doctor Luis Miguel García es médico de familia en Zaragoza y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria. Acostumbrado a tratar con pacientes que presentan desajustes en su tensión arterial, revela los síntomas más comunes de este padecimiento, además de ofrecer algunas pautas de prevención, corrección y tratamiento. Hay que recordar que aunque la hipertensión sea la más numerosa en cuanto a casos relacionados con este desajuste, la hipotensión es otro fenómeno que requiere de atención dedicada, porque puede derivar en problemas severos si no se atiende adecuadamente.

¿Cómo saber que te sube la tensión arterial?

“Lo más clásico -explica García- es el dolor de cabeza, normalmente acompañado de mareos, pero hay muchas variantes en cuanto a sintomatología. Lo que voy a decir es una perogrullada, pero la mejor manera de saber lo que te pasa es tomarte la tensión. Hay muchas posibilidades: contar con un tensiómetro en casa, acudir a una farmacia o, en casos severos, al centro de salud o un servicio de urgencias”.

Los síntomas de la tensión alta: del dolor de cabeza al nerviosismo

García explica que “quienes suelen tener episodios ya se lo notan, pero hay casos que presentan síntomas normalmente atribuidos a otras cosas: por ejemplo, una pequeña hemorragia en el ojo. Se rompe un vasito en el globo ocular, tienes el ojo rojo y crees que te has hecho un corte, cuando muchas veces la causa es un pico de subida de tensión. También es algo que puede producirse por un esfuerzo, pero como aviso basta para ir a medirse la tensión y saber si se trata de una alerta al respecto”. El médico de familia zaragozano también señala otros posibles síntomas, como un dolor de nuca intenso o nerviosismo sobrevenido.

Los valores normales de la tensión arterial

Sobre las cifras, y teniendo en cuenta que su carácter alarmante depende del estado clínico de la persona o su edad, sitúa la cuerda floja de 13 a 14 de alta y 8 a 9 de baja. “Son los límites -aclara- porque un 14/9 ya es para observarse con atención. Si ya pasamos a 15 de máxima o un 14/10 se requiere control estrecho, aunque aún no sea materia de urgencias. Se trata sin prisa, pero sin pausa; lo ideal es pasar a medirla diariamente un tiempo, y tratar de buscar causas”.

Cómo bajar la tensión arterial alta

Para hablar de crisis hipertensiva ya estaríamos en los 17 de máxima u 11 de mínima. “Aun así, no es lo mismo hallar esos números en una persona de 90 años con diabetes que en una de 30 totalmente sana. Cuando se llega al médico con una tensión tan alta, se procura una bajada gradual, no radical. No le das una dosis que se la baje a 14 de golpe: es mejor a 15, que vuelva al día siguiente y entonces dejarla en 12. Tanto en el centro de salud como en urgencias suele usarse una pastilla, pedirle al paciente que espere media hora, incluso dando tranquilamente una vuelta por el centro, y medirla de nuevo. Al día siguiente regresa, se hace la medición y se administra otra pastilla en función de la cifra”.

Prevención y solución ante una tensión elevada

El doctor García apunta que un cambio de paradigma en el estilo de vida es la mejor solución, y también el sistema de prevención idóneo para futuras crisis. “Obviamente, perder peso y hace ejercicio ayuda a controlar la hipertensión. Hay que bajar la sal y regular la alimentación. Tuve dos pacientes que consiguieron quitarse 10 kilos de encima con un cambio de hábitos: se les normalizaron tanto la tensión como el azúcar, y adiós a las pastillas en ambos casos. Hay una relación directa entre el exceso de peso y la tensión, y una pérdida controlada de peso tiene menos efectos secundarios que las pastillas, claro”.

El médico señala que los ejercicios aeróbicos son mejores para este propósito. “Prefiero un paseo movido o la bici estática a las pesas; si se camina o se rueda hay que llevar un buen ritmo, un trote ‘cochinero’ que te haga sudar media horica o tres cuartos; no es solo dar 20.000 pasos, nada de paseos con charla a nula velocidad si es para bajar la tensión. Con la dieta, la clave es ser constante: las cifras altas asustan, la gente se quita el alcohol, la aceitunas o empieza una dieta muy brusca, que dura un tiempo... y luego llega el enfado, la frustración y el rebote”.

García entra en detalle. “No se trata de no volver a tomar una cerveza, sino de tomar una, un día, en un sitio que te suponga andar media hora a buen paso. Te la has ganado, y la disfrutas, sin remordimientos de conciencia. Además, es un refuerzo anímico que ayuda a lograr un equilibrio”.

Dónde es mejor tomar la tensión: ¿en el brazo o en la muñeca?

El doctor García señala que los tensiómetros más fiables suelen ser los de brazo, aunque deben “calibrarse con cierta frecuencia, por muy buenos que sean. Una o dos veces al año, se lleva el aparato a tu farmacia o con la enfermera, se prueban allá, se hace la medición con el aparato de allí y se compara. Eso sí, alguien que tiene tensiómetro debe atender a las cifras que le salen en casa, que son las que verá más a menudo, y medir a distintos momentos del día.

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