Qué hacer si te pinchan en una discoteca, qué es la sumisión química y sus síntomas

La ola de pinchazos a mujeres que están de fiesta en lugares de ocio nocturno se reparte por varios puntos del país, lo que ha puesto en alerta a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Qué hacer si sufres un pinchazo en una discoteca
Qué hacer si sufres un pinchazo en una discoteca
V. M.

El uso de sustancias químicas para aturdir a una víctima potencial de abusos no es, por desgracia, algo nuevo. El método habitual seguido por los perpetradores de esta conducta criminal ha venido siendo introducir algún tipo de aturdidor en la bebida, desde la famosa burundanga a cualquier líquido que pueda provocar una afectación a la consciencia o capacidad de la persona (en su inmensa mayoría, mujeres jóvenes en lugares de ocio) para resistir cualquier tipo de asalto. Sin embargo, en las últimas semanas se ha detectado una variante de estos hechos, que consiste en inocular esas sustancias a las víctimas por un pinchazo.

Las afectadas por esos episodios de sumisión química no tardan en notar mareos y malestares tras el pinchazo, que pueden acabar en pérdida de la consciencia. También se pueden notar náuseas, visión borrosa, somnolencia o desorientación e inhibición o pérdida de voluntad. Además, cuando vuelven en sí suelen tener lagunas de memoria de varias horas, y no recordar por tanto qué pasó tras el pinchazo. Aunque los centros de diversión afirman haber aumentado las medidas de seguridad, incluyendo los tapavasos para evitar los intentos de meter algo en las bebidas, es un problema complicado de identificar con rapidez y eficacia. Por ello es fundamental que las personas afectadas tomen una serie de medidas de precaución y adopten ciertas pautas de comportamiento después de recibir el pinchazo, para que el problema no vaya a mayores.

La sustancia en cuestión no es siempre la misma, y tampoco es fácil de identificar cuando las asistencias médicas llegan a la afectada, sobre todo si ha pasado un buen rato desde el suceso, porque se absorben y eliminan con rapidez. Las más comunes son Rohypnol (flunitrazepan) y éxtasis líquido o GHB. Otras que suelen usarse son la citada burundanga o la ketamina. Como los efectos del pinchazo suelen llegar en aproximadamente 15 minutos, hay que reaccionar rápido cuando se empiecen a notar síntomas como aturdimiento, mareo, taquicardia o visión borrosa súbita.

Tras el pinchazo: buscar compañía y a urgencias

En ese momento, lo importante es no quedarse sola; hay que buscar el apoyo inmediato de amigos, informar a los responsables del establecimiento en el que haya ocurrido el hecho y llamar al 112 y a la policía. De ahí hay que acudir directamente a un servicio de urgencias; lo ideal es que las pruebas se hagan antes de que pasen 24 horas, para tener más información sobre las sustancias administradas. Si los análisis de sangre u orina no son concluyentes, el de un pelo sí puede serlo, por cierto. Además, como se usan agujas que probablemente ya hayan servido para otros asaltos, conviene que los análisis busquen también afecciones víricas, incluyendo el VIH.

Si hay sospechas de violación o cualquier tipo de agresión sexual, hay que acudir a urgencias sin despojarse de los posibles restos biológicos, para tener una ocasión más clara y pruebas concluyentes a la hora de intentar atrapar al culpable. Por desgracia, también existe la hipótesis de que esta práctica pueda haberse convertido en una ‘diversión’ para bromistas o un rito iniciático en grupos de jóvenes. 

Infografía del CGE con información sobre los "pinchazos de discoteca"
Infografía del CGE con información sobre los "pinchazos de discoteca"
CGE
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