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El superalimento rico en antioxidantes que mejora la memoria
Se trata de un alimento habitual en nuestros hogares, de especial calidad en España.
La memoria es uno de los elementos de nuestro cerebro que más estudios dedicados ha recibido en los últimos años. La lucha contra enfermedades como el Alzhéimer y otras patologías relacionadas con la pérdida de memoria han incrementado el gasto tanto en investigación como en medios paliativos para las personas que lo sufren. De este modo, son muchos los estudios que asocian la alimentación con la prevención.
Las vitaminas C, E y A son aquellas que ayudan a evitar el deterioro cognitivo. Los alimentos más ricos en este tipo de nutrientes son las verduras de hoja verde, como las espinacas, col rizada, berros, acelgas, endivias, lechuga o la rúcula. También el consumo frecuente de brócoli, fuente de vitamina K, la cual ayuda a la retención de información, se ha mostrado eficaz en tratamientos para el Alzheimer.
Además de los alimentos nombrados anteriormente, existe uno rico en antioxidantes que mejora la memoria. Investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple (LKSOM), en Filadelfia (Estados Unidos), han demostrado que el aceite de oliva virgen extra protege las células y su deterioro, previene enfermedades cardiovasculares y preserva la memoria, sorteando también la manifestación de patologías como el Alzhéimer.
Entre otros beneficios del consumo de aceite de oliva virgen extra, encontramos la pérdida de peso, acción antiinflamatoria, propiedades anticancerígenas por su contenido en ácido oleico, combate la diabetes en hasta un 50% en la reducción de casos tipo II, regula el colesterol, protege la salud capilar y es bueno para el sistema cardiovascular por su contenido en grasas monoinsaturadas. Y por supuesto, es una aliado de la memoria.
Otros alimentos con características positivas relacionadas con la preservación de la memoria son el aguacate, el chocolate negro, los arándanos, el café, las nueces, el aceite de coco, el salmón y el pescado azul, la cúrcuma, las semillas de calabaza, el té verde o los granos enteros de alimentos como la la avena, la quinoa o el maíz.
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