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Ansiedad y depresión juvenil: "Debemos enseñar a los adolescentes estrategias para trabajar sus emociones negativas"

La pandemia ha disparado los casos de malestar emocional que llegan a las Urgencias, a menudo ligados a conductas autolíticas que asustan y confunden a las familias.

La psicóloga Alicia Más, especialista en trastornos emocionales en la infancia, pasa consulta con una paciente de 11 años en la sede de Asapme.
La psicóloga Alicia Más, especialista en trastornos emocionales en la infancia, pasa consulta en la sede de Asapme.
Francisco Jiménez

El malestar, la incertidumbre y el aislamiento social derivado de la pandemia ha provocado en los últimos dos años un incremento de la demanda de intervención psicológica en las consultas especializadas, sobre todo ligada a problemas emocionales como la ansiedad y la depresión en adolescentes.

"Igual que ha subido todo a raíz de la pandemia, notamos que hay más visitas a Urgencias por causas emocionales. En adolescentes, sobre todo, son autolesiones por un mal manejo de emociones negativas que detrás esconden cuadros de ansiedad y depresión por no saber manejar estas", advierte el doctor Pedro Manuel Ruiz, jefe de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Clínico Lozano Blesa.

Este tipo de cuadros, que desde el punto de vista médico no se consideran una urgencia grave, constituyen una preocupación importante para las familias, que a menudo se "asustan" y hacen un "uso inadecuado" de estos servicios, ante las dificultades de acceso que está habiendo en Atención Primaria. "A veces la gente confunde las conductas autolíticas con el suicidio y aún se alarma más, y son cosas diferentes. No es lo mismo tener ideas suicidas que usar conductas autolíticas para canalizar emociones negativas, que es lo que más se ha disparado a raíz de la pandemia", explica este psiquiatra. 

En el aumento de estas conductas, ligadas a cuadros de malestar emocional por ansiedad y depresión, han jugado un papel importante los mensajes dañinos que se divulgan sin control en internet. "Se ha difundido mucho entre la cultura adolescente que si estás mal te alivia cortarte o darte cabezazos contra la pared. Hoy en día eso se transmite a través de las redes sociales y hay muchos adolescentes que rompen con la pareja, les caen tres asignaturas que no se esperaban, no saben llevar todo esto y recurren a las autolesiones. Con esto un adolescente nos está diciendo que está mal y tenemos que enseñarle a manejar sus emociones, pero eso no significa que sea de alto riesgo de suicidio", tranquiliza este profesional, que ofrece algunas recomendaciones. 

En primer lugar, el doctor Ruiz insiste en diferenciar estas conductas autolíticas ligadas a cuadros de ansiedad y depresión de patologías graves de salud mental como el suicidio. Según señala, entre un 7 y un 15% de pacientes sin patología se ha autolesionado en algún momento de la adolescencia, un porcentaje que sube al 40% en pacientes con alguna patología de base, como sucede en los casos de trastorno de conducta alimentaria. "Es muy importante abordar el tema del suicidio pero también saber que las autolesiones no suicidas existen y no tienen nada que ver desde el punto de vista psicopatológico. El objetivo no es matarse sino aliviarse, y lo que debemos hacer es enseñar a los adolescentes a buscar estrategias para combatir la angustia, la tristeza, la rabia o la culpa de una forma no lesiva, enfocándoles hacia aquello que les distrae, les relaja o les gusta", apunta al mecionar varias técnicas que recomiendan en consulta: entre ellas, escuchar música, hacer ejercicio o bailar de forma intensa, escribir las emociones negativas que el adolescente siente en un papel para luego romperlo, ducharse con agua fría, o simplemente salir a la calle y tomar el aire. "Cada uno tiene que probar cuál le viene mejor, pero es importante hablarlo y orientarles", añade este experto.

Síntomas para identificar un trastorno de ansiedad o depresión

Para identificar estos trastornos, que también se han traducido en un incremento de la demanda de intervención psicológica en la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme), la psicóloga Alicia Más, especialista en trastornos emocionales en la infancia, da algunos consejos que pueden orientar a las familias para ayudar a quienes sufren cuadros de ansiedad o depresión.

"A nivel psicológico es muy importante escuchar y prestar atención a lo que hay detrás. Si en un momento dado notas que el adolescente tiene cambios bruscos en su comportamiento habitual, lo ves más apático, con sentimientos de tristeza frecuente o notas que ha bajado su rendimiento y está más irritable, probablemente haya algo que le está produciendo un malestar", indica esta psicóloga en relación a los cuadros de ansiedad.

"La irritabilidad es un signo muy característico de la depresión en los jóvenes y lo que la diferencia de la depresión en adultos" 

En estos casos, los síntomas más frecuentes que pueden dar la voz de alarma son las cefáleas, los dolores abdominales o las náuseas que se manifiestan sin tener una base orgánica o un problema médico detrás. "Derivan de preocupaciones excesivas o persistentes, ya sea por conflictos emocionales, familiares o escolares, que acaban afectando a diferentes ámbitos de la vida. Por eso, lo que hay que observar son los cambios en la persona: si ha modificado los patrones de alimentación o de sueño; su humor, el nivel de energía que demuestra... o si hay un desinterés hacia las actividades que antes realizaba y ahora se muestra apático", describe esta psicóloga. 

 

Algunas de estas claves podrían ayudar también a las familias a identificar un cuadro ansioso-depresivo en adolescentes, si bien esta psicóloga apunta a una diferencia fundamental: "La irritabilidad es un signo muy característico de la depresión en los jóvenes y lo que la diferencia de la depresión en adultos. Los adultos con depresión suelen tener un sentimiento de tristeza muy profundo durante mucho tiempo, mientras que en adolescentes esta patología se relaciona más con la irritabilidad, la poca capacidad para disfrutar de actividades que antes eran placenteras o con verbalizaciones que señalan que hay una autoestima baja... como el 'no sirvo para nada'", relata. 

A la hora de abordar estos trastornos, los especialistas aconsejan siempre "mantenerse al lado de la persona que lo está sufriendo y transmitirles ese contrapunto de tranquilidad" que les falta muchas veces. "Si no sabemos lo que es la ansiedad y no la hemos vivido de cerca, hay veces que nos podemos asustar y empeorar sin querer el cuadro. En este sentido, es importante darle a la persona la sensación de que controlamos y sabemos lo que siente, de ahí la importancia de la psicoeducación de los familiares y de la gente de a pie, porque es una patología que cada vez es más frecuente. Yo suelo decirle a mis pacientes que la ansiedad es como si fuera una ola que viene y al final va a marchar. El momento de más ansiedad es cuando sabemos que va a venir, pero si aprendemos a gestionar esos pensamientos y emociones negativas que nos la producen, seremos capaces de controlarla", concluye. 

Dónde acudir en caso de necesitar ayuda por sufrir un problema de salud mental.
Dónde acudir en caso de necesitar ayuda por sufrir un problema de salud mental.
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