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Estoy a dieta. ¿Qué pido para comer en la cena de empresa?

Seguir la dieta en fechas señaladas es todo un reto. No obstante, existen diferentes recomendaciones y trucos para no elevar demasiado la ingesta calórica.

Restaurante.
Restaurante.
Pixabay

Estar a dieta en Navidad es todo un reto, un sacrificio. Un precio que pocas personas están dispuestas a pagar, pero cuyo seguimiento puede marcar un antes y un después en la evolución corporal que se pretende. Fechas señaladas en las que todo gira en torno a la mesa y la alimentación. Se pone en valor la gastronomía y las reuniones se sustentas en comidas o cenas familiares, de amigos y de empresa. Y en este tipo de festividades se hacen excepciones en la rutina... Pero, ¿cómo podemos controlar la ingesta calórica?

En cuanto a la bebida, optar por el agua y el vino blanco parece la solución más factible si queremos huir el desequilibrio calórico. En caso del vino, es recomendable beber con tranquilidad, que dure la copa. El vino seco contiene menos azúcar, por lo que será la alternativa más saludable. ¿Y los refrescos "cero"? Conviene evitarlos porque aumentan el deseo de consumir productos dulces. Por último, en las copas del final, reforzaremos nuestra fuerza de voluntad si logramos evitarlas. Es una fuente de azúcar tremenda.

En comidas y cenas donde los platos no son individuales, sino que los alimentos son para compartir, la misión es sencilla: hacerse con los más saludables. Ensaladas, carpaccio, tartares... Los platos fríos suelen ser sinónimo de menos calorías, exceptos rebozados, fritos y salsas, elementos a evitar. En estas, otra de las dudas recae sobre el pan. Fuente de energía, de macro y micronutrientes, el pan es un alimento necesario del que no hay que renegar. "El pan engorda" entra dentro de los mitos alimenticios más recurrentes... Y es que solo se engorda cuando se consumen más calorías de las que se gastan.

En las cenas de empresa, amigos, y otras celebradas en bares y restaurantes, los menús suelen ser cerradas por el número del grupo. En este caso, cuando en el plato principal tenemos únicamente dos o tres opciones a elegir, lo ideal es optar por aquel que no precise de salsas. Lo más oportuno respondería a un plato de carne o pescado a la plancha. Y el dilema final llega con el postre... Aquí la clave está en compartir, finalizando la comida con una infusión té verde, acelerador del metabolismo y eliminador de calorías.

Si estamos a dieta y prevemos que en la comida o en la cena la ingesta de calorías se va a exceder de la habitual o no la vamos a controlar, una buena opción puede ser ayunar por la mañana; es decir, no desayunar -siempre que no vayamos a desarrollar una actividad a continuación no padezcamos una enfermedad-. Así, la ausencia de ingesta calórica en esta comida equilibrará con cierta eficacia el exceso de comidas posteriores.

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