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Seis conductas aberrantes que deben alertar de una adicción

La doctora Nieves Domeque, miembro de la Unidad de Atención y Seguimiento de Adicciones (UASA) del Hospital Provincial de Zaragoza, advierte de comportamientos que deben dar la voz de alarma a médicos y familiares.

Antonio (nombre ficticio) y la doctora Nieves Domeque, en la UASA.
Antonio (nombre ficticio) y la doctora Nieves Domeque, en la UASA.
Guillermo Mestre

El consumo de opioides se ha disparado en los últimos años hasta convertir esta adicción en una patología en auge que "precisa que se destinen más medios y recursos a las consultas de atención y seguimiento de adicciones". En concreto, en la UASA del Hospital Provincial de Zaragoza, que atiende a alrededor de 900 pacientes, los analgésicos ocupan el sexto puesto en el ranquin de medicamentos y drogas ilegales que son la puerta de entrada a estas consultas. Al año ven entre 260 y 270 nuevos casos, y tienen una lista de espera de más de tres meses. La media de edad de sus pacientes es de 44 años. El 80% son hombres y el 20% mujeres. Los profesionales de esta unidad, la única de carácter público en Zaragoza, insisten en la importancia de estar coordinados con los médicos de Atención Primaria para detectar los casos más graves.

"Una cosa importante al tratar a estas personas es estar en coordinación con el médico de cabecera para una vez que se les quita la medicación, se les suprima también la receta", explica la doctora Nieves Domeque, en relación al riesgo de adicción a estos analgésicos y, en especial, al fentanilo, uno de los más consumidos. 

Para evitar este tipo de casos, médicos, psicólogos y otros profesionales sanitarios en Aragón elaboraron en 2019 un plan orientado a hacer un uso racional de este medicamento que, tomado sin control y en tratamientos prolongados, puede provocarle un daño severo al paciente. "El fentanilo de liberación rápida debería prescribirse solo en tratamientos cortos. Una persona que los toma de forma continuada genera síndrome de abstinencia, además de que tiene asociados muchos efectos adversos", advierte esta doctora.

Para detectar los casos de adicción en personas medicadas, la doctora Nieves Domeque alerta de seis conductas aberrantes que deben dar la voz de alarma para poder derivar lo antes posible al paciente a estas unidades, donde se les brinda una atención multidisciplinar. Estos son los comportamientos que pueden alertar al médico y al entorno más cercano del enfermo de un problema de adicción:

  1. Quedarse sin medicación en poco tiempo. Los pacientes enganchados al fentanilo suelen agotar la medicación antes de que les venza la receta. 
  2. ​Solicitar recetas a varios médicos diferentes. Algunos se sirven de "favores" y "estratagemas" para conseguir nuevas prescripciones que les garanticen disponer de más envases o medicamentos. 
  3. ​Pedir frecuentemente el aumento de dosis. La tolerancia que el cuerpo genera a los opioides hace que el paciente necesite cada vez más dosis para aliviar su dolor, aunque el aumento de estas no garantiza que vaya a remitir. "El riesgo de hiperalgesia (o aumento del dolor como efecto adverso de los opioides) puede aparecer en cualquier momento del tratamiento y a dosis adecuadas", advierte esta médica. 
  4. ​Aumentar la dosis sin control médico. En muchos casos, el paciente que no encuentra una mejoría, se salta las dosis prescritas por el facultativo con la falsa creencia de que a mayores dosis de analgésico, antes remitirá su dolor, lo cual aumenta el riesgo de adicción.
  5. ​Centrar la consulta en los opioides. Esta es otra de las conductas que deben poner en alerta al médico de cabecera, ya que si el paciente focaliza estas visitas -cada vez más recurrentes- en el consumo de opioides puede ser una señal de alarma.
  6. ​Frecuentar las Urgencias y rechazar otros fármacos. "Una persona que viene a la UASA lo hace con un miedo tremendo a que les quiten algo (el medicamento) que para él o ella es fundamental", advierte la doctora Domeque, quien insta a los médicos y especialistas a buscar otras alernativas terapéuticas al tratamiento del dolor que no se centren solo en la parte farmacológica, para evitar así los casos más graves de adicción. "Sería muy importante que en esa escala analgésica de la OMS hubiera otros tratamientos como rehabilitación, fisioterapia, una psicoeducación... El manejo tiene que ser siempre multidisciplinar y nunca hay que dar a un paciente por perdido", concluye esta doctora. 
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