coronavirus

Insomnio, caída de pelo, uñas débiles y otras secuelas de la covid-19

En algunos casos la vinculación de estos efectos con la enfermedad está más probada que en otros.

Médicos atienden a un paciente en un hospital
Médicos atienden a un paciente en un hospital
EP

Conforme pasa el tiempo se detectan nuevas secuelas de la covid-19 y es previsible que todavía surjan más. Desde el colectivo de covid persistente señalan que cada enfermo sufre una media de 36 secuelas y que en total se han contabilizado más de 200. La fatiga o astenia crónica, que en muchos casos no remite ni de noche ni de día, es una de las que más repiten aquellas personas que han padecido covid-19. También encefalopatías o afecciones al sistema nervioso. Pero también se notifican otras menos comunes, más atípicas.

Mareos, fiebre, pérdida de apetito, erupciones, caída del pelo o debilidad en las uñas son algunos de los efectos que identifica el Ministerio de Sanidad. Hay otros que son de carácter neurológico, como la denominada "niebla mental", dificultad para concentrarse, parestesias (hormigueos) y alteraciones del estado de ánimo. En los documentos de Sanidad se han reportado problemas para tragar, pitidos en los oídos, ojos secos o conjuntivitis.

Una de las secuelas del coronavirus más extraña se ha comunicado en los últimos días: el síndrome de ano inquieto. Según la publicación BMC Infectious Diseases, podría tratarse de una variación de las piernas inquietas. Así se describió tras estudiar el caso de un japonés con malestar anal, que tras someterse a pruebas, se tradujo en hemorroides internas. Proctólogos españoles no se pronuncian al respecto todavía, consideran que es prematuro.

A todas estas variadas consecuencias de haber sufrido los efectos del virus SARS-CoV-2 se  añade el insomnio. "La situación vivida por la covid-19 ha supuesto un impacto en el bienestar físico y psicológico, aumentando la gravedad de los trastornos del sueño como el insomnio. La dificultad de inicio del sueño por la noche, la fatiga durante el día y los despertares nocturnos son algunos de los problemas más consultados", asegura Ana Altabás, psicóloga y doctora por la Universidad de Zaragoza.

Esta psicóloga apunta que la disminución de la calidad del sueño tiene "gran relevancia" en la homeostasis del sistema inmunológico. Esto se agrava en los casos de aquellas personas que han estado hospitalizadas, ya que se encontraban en zonas de aislamiento y sin compañía, "a lo que hay que añadir el miedo, la ansiedad, la desesperanza, la depresión y el malestar causado por la propia enfermedad", agrega Altabás. La psicóloga avisa de que estos factores pueden afectar a la respuesta inmunológica.

Para tratar este tipo de secuelas plantea la terapia cognitivo-conductual como un "tratamiento eficaz", se realiza a través de plataformas digitales y se compone de seis sesiones que ofrecen asesoramiento y soporte. Este proceso se puede completar con un programa psicoeducativo.

En la última lista de secuelas que ha elaborado el Ministerio de Sanidad, también se habla de lesiones de tipo renal, que si son agudas, pueden conllevar trasplante, como ocurre en el 5% de los enfermos de covid-19 que estuvieron hospitalizados –y en el 20 o 30% de los de UCI-. También avisan de diversas diabetes.

A nivel articular y muscular también se han hallado consecuencias. "Estamos ante pacientes con dolores difusos, no claros, como fatiga en hombros o de piernas", indica Javier Muñoz, traumatólogo del Hospital HC Miraflores de Zaragoza. Aunque no se puede ligar por completo a la covid-19: puede ser por la enfermedad en sí o por el tiempo que se ha permanecido encamado. Las dolencias son de tipo "neurológico", como una ciática, y también más vinculadas a la reumatología. Antes de la pandemia de coronavirus este tipo de dolencias se relacionaban con la fibromialgia, más habitual en mujeres de más de 40 años.

A este listado se suman los problemas cardiovasculares, aunque estos se aprecian más en la fase aguda de la enfermedad y después revierten. "Más específico del corazón es la hipotensión postural ortostática. Los pacientes se marean al levantarse o se ponen taquicárdicos", indica Héctor Bueno, cardiólogo en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares. Este efecto afecta a la calidad de vida. El también cardiólogo del Hospital 12 de Octubre y de la Sociedad Española de Cardiología considera que también hay que vigilar posibles cicatrices en el corazón o cuadros de debilidad. Bueno recomienda dirigirse al médico en caso de sentir este tipo de dolencias. "A veces, la investigación relacionada con el coronavirus puede desenmascarar alguna alteración no diagnosticada", concluye este doctor.

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