Tercer Milenio

En colaboración con ITA

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¿Qué problemas de salud afectan de forma especial a las mujeres?

Diversos factores sociales, culturales y genéticos, unidos a una desigual presencia en los ensayos clínicos, se encuentran en el origen de las diferencias que existen entre sexos en este ámbito.

Numerosos expertos sostienen que si se tuviesen más presentes las especificidades de las mujeres se podrían mejorar los diagnósticos y los tratamientos que obtienen.
Numerosos expertos sostienen que si se tuviesen más presentes las especificidades de las mujeres se podrían mejorar los diagnósticos y los tratamientos que obtienen.
Aránzazu Navarro.

Aunque a menudo no se repare en ello, hombres y mujeres no enferman igual, ni tienen los mismos síntomas ni reaccionan de la misma manera a los tratamientos. Un hecho que durante siglos no fue tenido en cuenta por la medicina, cuyo prisma era eminentemente masculino, al igual que el del conjunto de la sociedad. Una circunstancia que se refleja, por ejemplo, en los ensayos clínicos, donde la presencia femenina ha sido históricamente deficitaria, algo que según diversos expertos perjudica hasta el día de hoy a la mujer en la atención sanitaria que recibe. No en vano, se apunta a que si se tuviesen más presentes sus especificidades en este ámbito se podrían mejorar los diagnósticos y los tratamientos que obtienen.

Además de los problemas de salud que les atañen exclusivamente –trastornos de la menstruación, tumores ginecológicos, patologías vinculadas al embarazo...– destacan otros datos al respecto, a menudo desconocidos, como que la mayoría de los mayores de 50 años con la tensión arterial alta son mujeres, que las miopatías endocrinas (enfermedades musculares) afectan al 20% de la población femenina de más de 40 años, que el 38% de las mayores de 50 años sufre trastornos de las glándulas paratiroides por déficit de vitamina D, que por su biología son más sensibles a las contaminaciones químicas y medioambientales, que regulan mejor el colesterol con un fármaco de pravastatina que de atorvastatina o que para las menores de 65 años el mejor predictor de riesgo cardiovascular es el colesterol LDL (el llamado colesterol malo), pero a partir de esa edad lo es el HDL (el bueno), así como que el paracetamol o el diazepam actúan de forma diferente en los integrantes de cada sexo.

En relación a ello, otra de las afecciones que sufren mayoritariamente las mujeres y que en muchas ocasiones es invisible es la carga mental. Así, la labor de planificación, organización y toma de decisiones en el hogar la asumen sobre todo ellas. Un trabajo no reconocido que puede aumentar notablemente el estrés y la ansiedad y que es la base de muchos conflictos de pareja. Síndromes como el de la ‘mala madre’, por el que sienten que no llegan y que no hacen las cosas suficientemente bien con sus hijos debido a una sobrecarga de funciones en otras áreas vitales importantes, entran aquí en juego, algo que responde igualmente a los roles que les impone la sociedad, circunstancia sobre la que, aunque ha cambiado la concienciación en los últimos años, aún queda mucho camino por recorrer.

Principales afecciones

"Enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, infecciones urinarias, depresión, cáncer de mama y cáncer de cuello uterino son las enfermedades más frecuentes en mujeres. Según la OMS, las no transmisibles siguen siendo la principal causa de muerte en ellas, sobre todo las cardiovasculares, que son las que les provocan el mayor número de defunciones. En cuanto al cáncer, los de mama, cuello uterino y el carcinoma pulmonar son los que más muertes causan", explica Leandro Catalán, presidente del sindicato de médicos de Atención Primaria de Aragón (Fasamet).

Los factores biológicos, por diferencias genéticas, hormonales y fisiológicas; y los socio-culturales, por diferencias en la posición social, condiciones de vida, comportamientos, accesos y control de recursos, "pueden influir negativamente en la salud de la mujer", apunta Catalán, quien recalca también lo "deficitaria" que sigue siendo la muestra de las mujeres en los ensayos clínicos realizados, sobre lo que existe "cada vez más evidencia de que perjudica la atención sanitaria que reciben".

Durante mucho tiempo, los estudios clínicos sobre patologías se hacían casi exclusivamente con muestras masculinas. "Posiblemente, una de las causas se debía a suponer que las diferencias entre la salud entre un género y otro se debían a sus órganos reproductivos. A principios de los noventa, la comunidad científica ya fue consciente de que entre hombres y mujeres existen diferencias que pueden explicar por qué diversas patologías se manifiestan de modo distinto en cada sexo y por qué el organismo puede reaccionar de manera diferente. Unas diferencias que pueden atribuirse a aspectos sociales, pues se dan puestos de trabajos y tareas distintas, y también a la exposición a diferentes factores de riesgo de enfermedades", apunta el médico.

En lo relativo a las dolencias cardiovasculares, a menudo infratratadas, uno de los aspectos fundamentales es el retraso en el diagnóstico. "La sintomatología en ocasiones es distinta pues, por ejemplo, se da la ausencia de dolor torácico, una mayor presencia de dolor interescapular o en el cuello e incluso que solo se manifieste como dificultad respiratoria. Algo a lo que se suma que, en ellas, los síntomas en situaciones de menor urgencia con frecuencia se malinterpretan, relacionándose con situaciones de ansiedad o estrés", afirma el doctor.

Por ello, subraya la necesidad de realizar más investigación y formación en las enfermedades cardiovasculares en mujeres, a las que el hecho de ejercer múltiples funciones simultáneas afecta negativamente a su salud, sufriendo con frecuencia problemas osteoarticulares, depresiones, somatizaciones o violencia de género, los cuales conllevan un aumento de su morbilidad frente a muchos tipos de enfermedades y malestares generales.

En cuanto a las medidas a impulsar para mejorar la atención sanitaria que reciben, Catalán apuesta por "reforzar la formación y actualización en los temas de salud y mujer, diseñar y difundir herramientas de ayuda para la actividad asistencial y realizar actividades de investigación".

Una presión mayor

Las diferencias citadas se dan también a nivel psicológico. "Se refleja en lo que tiene que ver con los roles, que hacen que a la mujer se le asigne uno que conlleva una sobrecarga a nivel mental, porque siente que tiene que hacerse cargo de la casa, de los hijos y de ella misma, y de que tiene que tener todo cubierto. Es lo que impone la sociedad para ellas, lo cual les hace sentirse más presionadas por hacer un mayor número de cosas. Ahí es donde aparecen síndromes como el de la ‘mala madre’, por el que sienten que tendrían que hacer más, algo que al hombre no se le exige", explica la psicóloga María Peralta.

Entre los trastornos que tienen más prevalencia en la mujer la experta destaca la depresión, unida a la depresión posparto, trastornos hormonales como el del ovario poliquístico o el disfórico premenstrual y trastornos bipolares. "Desde el momento de la pubertad hasta la menopausia, y teniendo en cuenta también la presión social a la que estamos sometidas, somos más propensas a todo ello. Al margen de estos también están el trastorno por estrés postraumático, porque somos más proclives a sufrir violencia, y los trastornos de ansiedad. Por otra parte, también se dan los trastornos de la conducta alimentaria, más típicos en mujeres, y los dismórfico corporales, que se deben a la imagen de mujer que impulsan entornos como las redes sociales y que lleva a síndromes como el de la dismorfia de Snapchat, por el que la mujer se hace retoques u operaciones estéticas para ser lo más parecida a un filtro de esta ‘app’", manifiesta la profesional.

Como acciones para combatir esa carga mental, Peralta propone empezar por "cambiar la forma en la que la sociedad ve el papel de la mujer para que esta no sienta que la presión por hacer todo le haga verse como una mala madre, lo que lleva a que no pueda salir del bucle". "Sería positivo educar más en valores y que hubiese más recursos, como una mayor atención psicológica, asesorías donde puedan llamar para desahogarse y hacer consultas o lugares para hacer terapias de grupo con mujeres que pasen por lo mismo y sentirse así mejor y más arropadas", concluye la psicóloga.

REALIZADO POR BLUEMEDIA STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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