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Qué es el síndrome de Guillain-Barré vinculado a la vacuna de Janssen

Unas cien personas podrían haber desarrollado síntomas de esta enfermedad en EE. UU. tras inocularse la monodosis de la vacuna.

Vacuna de Janssen.
Vacuna de Janssen.
Agencia EFE

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés), agencia gubernamental encargada de aprobar el uso de nuevos fármacos, vacunas y otros productos relacionados con la salud pública, está preparando un documento oficial, en colaboración con la farmacéutica Johnson&Johnson, sobre un vínculo entre la vacuna monodosis contra la covid-19 de Janssen y el síndrome de Guillain-Barré (GBS). La FDA ha descubierto que la probabilidad de desarrollar esta enfermedad es entre tres y cinco veces mayor en las personas que han recibido esta vacuna.

Según informa The Washington Post unas cien personas podrían haber desarrollado síntomas de este síndrome entre los 12,8 millones que han recibido la vacuna de Janssen en EE.UU. La mayoría de los afectados comenzaron a presentar síntomas dos semanas después de la inmunización y en la mayoría de los casos el perfil era un hombre mayor de 50 años.

"Estamos en contacto con la FDA y otros reguladores por los casos excepcionales de desórdenes neurológicos, el síndrome de Guillain-Barré, que se han detectado tras la vacunación con la vacuna covid-19 Janssen", ha explicado la farmacéutica Johnson&Johnson en un breve comunicado recogido por la cadena CNN. "Las probabilidades de que ocurra son muy bajas y la tasa de casos excede la tasa de fondo por un ligero margen", añade la multinacional.

Qué es el síndrome de Guillain-Barré y cuáles son sus síntomas

El síndrome de Guillain-Barré es una rara afección neurológica. Un trastorno poco común del sistema inmunitario que ataca a los nervios del sistema nervioso periférico que conecta el cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo, causando inflamación y dificultad para la transmisión de las señales. Puede provocar dolor, entumecimiento, debilidad muscular y dificultad para caminar, ya que los músculos tienen problemas para responder a las señales del cerebro.

El primer síntoma suele ser debilidad o una sensación de hormigueo en las piernas. La sensación puede extenderse a la parte superior del cuerpo. En casos severos, el paciente queda casi paralizado, lo que puede poner en riesgo la vida de la persona. Si los músculos respiratorios se ven afectados, la persona suele ser sometida un respirador mecánico. Generalmente, los síntomas empeoran en un período de semanas y luego se estabilizan.

Tratamiento del síndrome de Guillain-Barré y curación

Esta enfermedad puede ser difícil de diagnosticar y las personas portadoras de GBS usualmente son ingresadas y tratadas en la unidad de cuidados intensivos de un hospital. Entre las pruebas que se realizan para detectarlo se encuentran exámenes neurológicos y una punción lumbar. La buena noticia es que la mayoría de las personas se recupera. Eso sí, la recuperación puede tardar algunas semanas o algunos años. Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares no existe una cura conocida para el síndrome de Guillain-Barré, pero sí existen terapias para tratar de disminuir la gravedad de la enfermedad y acelerar la recuperación en la mayoría de las personas. El tratamiento ayuda a mejorar los síntomas y puede incluir medicamentos o un procedimiento llamado intercambio de plasma, lo que se conoce como plasmaféresis, que puede reducir la gravedad y duración del episodio de GBS.

En cuanto los pacientes comienzan a mejorar, suelen ser transferidos de cuidados intensivos a un entorno de rehabilitación para recuperar fuerza, recibir rehabilitación física y terapias para reanudar las actividades de la vida diaria, y regresar a su vida anterior a la enfermedad.

Nadie conoce la causa de este síndrome. Algunas veces, es desencadenado por una infección, una cirugía o una vacuna.

Los problemas con la vacuna de Janssen

La vacuna de Janssen despertó un gran interés por el hecho de ser monodosis. Su componente principal, más allá del conjunto de excipientes, es el vector de adenovirus tipo 26 humano (Ad26), no replicativo, que codifica la proteína S del virus. Cuando se inocula, la proteína S del virus se expresa de modo transitorio, generando la producción de anticuerpos y una respuesta defensiva a nivel celular; al no tener capacidad replicativa ese vector de adenovirus inoculado, no se desarrolla la enfermedad y sí la protección del organismo ante esta amenaza.

La vacuna de Janssen ya sufrió un contratiempo el pasado mes de abril cuando las autoridades estadounidenses suspendieron cautelarmente su distribución después de que se detectaran varios casos "graves y raros" de trombosis cerebral en mujeres de entre 18 y 48 años que habían recibido la vacuna, de las que una falleció. El 20 de abril la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) confirmó un "posible vínculo" de la vacuna de Janssen con los coágulos, pero avalaba su uso y decidió añadir al prospecto de la vacuna una advertencia del posible riesgo, muy pequeño, de desarrollar coagulación sanguínea.

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