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"Pican, pican los mosquitos, pican con gran disimulo"... ¿Sabes cómo evitarlo?

Y, si llegas demasiado tarde, aquí tienes unos cuantos remedios caseros para minimizar los efectos de las picaduras.

El silencioso momento del ataque.
El silencioso momento del ataque.
Jimmy Chan (Pexels)

Dice una canción popular: "Pican, pican los mosquitos, pican con gran disimulo...", y es que la mayoría de las veces no se nota el picotazo en sí cuando uno está siendo víctima de algún pequeño e indeseable chupasangre, hasta que el veneno comienza hacer efecto y lo único que te queda por hacer es empezar a rascar como un endemoniado.

Sin embargo hay medidas sencillas y económicas para protegerse de estos ataques que, bien es cierto, siempre y cuando hablemos de especies poco peligrosas, acaban derivando en poco más que sarpullidos, ligeras hinchazones y sensación de picazón.

Trucos para evitar que te piquen

Pulseras. 

Luz led, antes que la bombilla tradicional. Procura que las luces que enciendas hacia el final del día o cerca de las ventanas, balcones y terrazas sean led, ya que no emiten calor ni rayos infrarrojos, por lo que los mosquitos se sentirán menos atraído por ellas.

Olores. No siempre hay que acudir a la tecnología para buscar remedios. Algunos aromas de plantas, como la citronela, la lavanda, el lemon grass o el geranio, aprovechados en aceites esenciales, ayudan a ahuyentar a estos seres. ¿Qué hay más natural? 

Los aceites esenciales de citronela, lavanda, lemon grass o geranio son algunos de los enemigos naturales de los mosquitos y de la mosca negra.

Remedios si llegas demasiado tarde

Además de las cremas que pueden suministrarte en la farmacia, existen soluciones "de ir por casa" que pueden ayudar a rebajar la hinchazón y disimular el picor. Una de ellas es el aloe vera, tan socorrido para tantas soluciones caseras. Ayudará a calmar la sensación de quemazón, a aliviar el picor e hidratará la zona afectada reduciendo la posibilidad de dejar marca.

Otro remedio vegetal, es aprovechar la papaya, fruta de temporada veraniega, ya que aplicándola directamente sobre el abón ayuda a reducir el efecto del veneno. Otro clásico es frotar con hielo la parte afectada por el insecto para reducir la sensación de quemazón.

Por último, puedes probar con una mezcla de bicarbonato de sodio y agua y aplicar la solución durante un cuarto de hora aproximadamente antes de enjuagarla con agua.

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