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La curva de las emociones también importa en esta crisis del coronavirus

"Mientras seamos seres humanos tendremos emociones. Lo importante es saber manejarlas", apuntan los psicológos. 

En el estudio científico se probó la relación directa de la menopausia con una mayor ansiedad y con la disminución de la memoria de reconocimiento.
La ansiedad o el miedo son emociones que se experimentan estos días.

Los expertos en psicología reflexionan en declaraciones a Efe sobre cómo reconducir de la mejor manera posible la curva de las emociones que nos provoca la crisis del coronavirus, un punto de inflexión en nuestras vidas en el que empezó predominando el miedo, pero del que podemos salir reforzados.

"No hay nada más contagioso que las emociones, ni siquiera el coronavirus", ha señalado el psiquiatra Jorge Tizón, autor de "Salud emocional en tiempos de pandemia" (Ed. Herder), quien junto al psicólogo y consultor Tomás Santa Cecilia han comentado las variables que conducen la curva de lo que estamos sintiendo en esta crisis:

Miedo

El psiquiatra Jorge Tizón señala que el miedo está entre las principales emociones de esta pandemia que nos ha llevado a la reclusión y el confinamiento en un contexto de gran incertidumbre. "El ser humano viene dado con unos sistemas emocionales para responder automáticamente al mundo cuando ante la complejidad, ante el no control de la situación, venimos programados genéticamente para responder a esta pandemia con una serie de emociones primigenias, entre ellas el miedo", explica.

Apego

El experto destaca que es otra de las siete emociones básicas que están floreciendo en esta reclusión y del que se han derivado todas las iniciativas de solidaridad y cuidados entre personas que estamos viendo estos días. El psiquiatra lo relaciona con la discusión filosófica que ya "subyacía" antes del coronavirus: "Queremos ir al mundo neoliberal del sálvese quién pueda o cuidarnos los unos a los otros y al medio ambiente para que el Planeta no vuelva a ir en nuestra contra".

La imposición del cambio

Los cambios llevan aparejados a emociones que varían en gran medida según si son voluntarios o, como en el caso del coronavirus, impuestos. Cómo afrontar ese cambio, "si como una amenaza o como un reto", prosigue Santa Cecilia, "es clave a la hora de generar unos pensamientos y unas emociones u otras".

El psicólogo señala que si abordamos la situación como una amenaza nos invadirán emociones negativas como el miedo, la tristeza o la apatía, mientras que si lo vivimos como un reto o una oportunidad nos generará emociones y pensamientos positivos de alegría, esperanza, felicidad y tranquilidad. "Si lo vivimos como un reto entonces sentiremos alegría, tendremos buenos hábitos durante el confinamiento, nos dedicaremos tiempo, en definitiva, permitiremos a nuestro cuerpo que segregue hormonas que nos den felicidad y bienestar", señala.

Personalidad

Un importante parámetro a tener en cuenta para doblegar la curva hacia las emociones positivas, explica Santa Cecilia, es nuestro temperamento, nuestra personalidad, "cómo de sociables seamos". "Si ya de por si disfrutas pasando tiempo solo y en casa lo afrontarás más fácilmente que si estás acostumbrado a no parar en casa", ha dicho.

Autoestima

La percepción que tenemos de nosotros mismos facilita o dificulta nuestro enfrentamiento a los cambios. Si nos sentimos seguros de quienes somos y nuestro valor personal antes del confinamiento, ahora también pensaremos que podemos afrontarlo y extraer alguna lección positiva, mientras que si no tenemos autoestima lo percibiremos y sentiremos todo como una amenaza más fácilmente.

Contexto

"No es igual llevar el confinamiento si somos un futbolista de primera división en su casa de 200 metros cuadrados que si vivimos en una gran ciudad en 60 metros cuadrados, o si estamos con una pareja o con niños y personas dependientes a nuestro cargo", ha apuntado Santa Cecilia. "Al final las emociones son experiencias psicofisiológicas complejas que experimentan las personas como resultado de su relación con el entorno", añade.

Sentir, pensar y actuar

A partir de todas las variables viviremos emociones distintas, desde caer en el miedo y la ansiedad y no salir de la cama ni tener higiene personal, hasta afrontar la nueva situación como una oportunidad para hacer todas las cosas que antes no teníamos tiempo de hacer, aprovechar para tener tiempo de calidad con nuestros seres queridos. "Es el discurso narrativo de cada uno, lo que pensamos luego lo podemos convertir en realidad mediante nuestras acciones. Si creo que es oportunidad para pasar tiempo con mis padres, haré actividades con ellos, los cuidaré, aprovecharé de forma positiva este tiempo", añade.

Hablemos de las emociones

El autor de "Salud emocional en tiempos de pandemia" anima a hablar de lo que sentimos. "Ya quedan muy desfasadas y antiguas creencias como que el hombre tiene que ser racional, que las emociones son cosas de mujeres, etcétera. Mientras seamos seres humanos tendremos emociones. Lo importante es saber manejarlas". Y Santa Cecilia coincide: "Somos seres emocionales, no seres exclusivamente racionales. Si solo fuéramos racionales, nunca cometeríamos errores".

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