Día Mundial de la Diabetes

"El 'páncreas artificial' me evita el riesgo de sufrir una hipoglucemia"

Según datos de la Asociación de Diabéticos de Zaragoza, que cuenta con más de 1.200 socios, en Aragón existen unos 135.000 diabéticos diagnosticados, en torno a un 12% de la población.

Beatriz Millán con sus tres hijos
Beatriz Millán con sus tres hijos
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Del 11 al 14 de noviembre la Asociación de Diabéticos de Zaragoza (Adezaragoza) organizaba una serie de actos en la capital aragonesa con motivo de la celebración del Día Mundial de la Diabetes en el marco de su 50 aniversario. Según explica Manuel Bona, presidente de la asociación que aglutina a más de 1.200 personas, actualmente en Aragón existen unos 135.000 diabéticos diagnosticados, en torno a un 12% de la población. “Sin embargo, calculamos que puede haber más de 44.000 diabéticos sin diagnosticar”, advierte.

A pesar de ser una enfermedad crónica sobre la que todavía existe un gran desconocimiento, en su opinión, gracias a los avances médicos sobre todo de la última década, Bona asegura que “hoy en día un diabético bien controlado no tiene ningún problema y puede llevar una vida normal”. La aparición de sensores continuos, parches cutáneos o aplicaciones móviles son tan solo algunos de estos avances que permiten a este colectivo sobrellevar su día a día.

Beatriz Millán (35) fue diagnosticada de Diabetes tipo 1 en 1988, con tan solo 3 años. En su jerga, ellos hablan de su debut diabético. “Con seis años ya me pinchaba la insulina yo sola”, recuerda. “En 2005 me pusieron una bomba de insulina –un dispositivo que va conectado al cuerpo las 24 horas del día y que suministra insulina según los parámetros que tú le indicas previamente- algo que ya supuso un gran cambio en mi calidad de vida, incluso podías saltarte una comida sin que pasase nada”, recuerda.

En 2008 se compró su primer medidor continuo a través del cual una persona con diabetes puede saber en todo momento el nivel de azúcar en sangre sin necesidad de pincharse. Además, desde hace tan solo unos meses este dispositivo lo cubre la Seguridad Social.

Finalmente, hace tan solo unos meses optó por instalarse en su dispositivo móvil un software de última generación denominado páncreas artificial, convirtiéndose en una de las 300 personas en España que cuenta con esta aplicación que permite conectar la actividad entre el sensor continuo y la bomba. “Este software toma la decisión de inyectar más o menos insulina, incluso de suspender la administración de forma automática, para evitar una posible hipoglucemia”, añade Millán, que asegura que gracias a este software se encuentra “en rango” en 85% del tiempo, es decir, dentro de los parámetros óptimos de nivel de azúcar en sangre.

“Hoy en día se puede vivir una vida plena con diabetes pero existe un enorme desconocimiento en torno a esta enfermedad, por un lado de quienes creen que se acaba el mundo; frente a otros que te ven tan bien que le quitan peso a la enfermedad”, critica. La zaragozana, que se describe como una gran amante del deporte, ha hecho varios 3.000 y hoy se dedica en cuerpo y alma al cuidado de sus tres hijos pequeños. “Obviamente no puedes fiarte, pero tan solo se trata de vivir la vida con cabeza”, concluye.

Eva Trigo con su kit
Eva Trigo con su kit
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Eva María Trigo, educadora infantil de 32 años, debutó en 2013. “Fue todo de repente, empezaron a salirme unos granos por las piernas, iba más al baño y mis padres me dijeron que mi aliento olía a acetona”, recuerda. Ingresó en el hospital con tan solo 44 kilos pero jamás pensó que podría deberse a una diabetes, en concreto del tipo 1.

Hoy, reconoce que nunca sale de casa sin su kit de supervivencia particular formado por un medidor de glucosa capilar, otro continuo con sensor, una caja de tiras reactivas y un lancetero, una pluma de insulina rápida, varias agujas y dulces de varios tipos. Porque no, eso de que un diabético no puede comer dulces no es cierto, y ese es tan solo uno de los mitos erróneos con los que deben convivir estos enfermos en su día a día. “La gente cree que es porque no te cuidas, porque comes demasiados dulces o por una cuestión genética y nada más lejos de la realidad”, añade.

Eso sí, elemento más curioso que le acompaña es una pequeña guía práctica de conteo de Hidratos de Carbono con varios tipos de alimentos, su peso y cantidad de azúcar y con cuántas raciones se corresponde. “Nunca salgo de casa sin esto”, comienza. “Cuando eres diabético pesas lo que comes y calculas las raciones para saber cuánta insulina necesitas, pero hay muchos factores que entran en juego como el ejercicio que vas a hacer o el estado de ánimo”, añade.

Bomba de insulina
Bomba de insulina
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Una diabetes invisible: la tipo 3

“Mi marido, Cristian, trabaja a turnos; y cuando se levanta antes que yo o llega a casa más tarde siempre me mide con el sensor para ver si tengo bien el azúcar”, explica Trigo, que asegura que como él, quienes conviven con una persona con diabetes, los denominados en el entorno los Tipo 3 –familiares, parejas, amigos, compañeros de trabajo- juegan un papel primordial en su día a día.

“Claro que puedes llevar una vida normal, pero a veces te derrumbas y te preguntas por qué. No hay motivo, es una lotería, simplemente te toca y ya está”, reconoce la zaragozana. Precisamente para visibilizar más esta realidad todavía oculta, hace unas semanas decidió participar en un reto viral con motivo del Día Mundial de la Diabetes. “Yo he conocido muchas historias de personas como yo en Instagram que me han ayudado mucho por eso decidí participar en el reto #happydiabeticchallenge contando mi historia”, resume.

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