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El peso y la altura al nacer, claves para conocer la salud cardiaca futura

Históricamente, el peso al nacer ha sido el centro de los estudios que relacionan la vida temprana con las consecuencias posteriores para la salud.

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Según un estudio, analizar el peso y la altura al nacer puede ofrecer más información sobre la salud cardiaca futura.
Pixabay

El peso al nacer, aunque importante, cuenta solo una parte de la historia del crecimiento fetal, mientras que considerar adicionalmente la altura da una imagen más completa tanto del crecimiento futuro como de posibles problemas cardiacos posteriores, según apuntan unos investigadores del Hospital Infantil de Georgia de la Universidad de Augusta (Estados Unidos).

Este nuevo estudio, publicado en la revista 'Early Human Development', indica que un índice ponderal (IP) bajo o un índice de masa corporal (IMC) bajo al nacer, al igual que el colesterol alto o la presión arterial alta, debe considerarse un riesgo que requiere atención e intervención.

Históricamente, el peso al nacer ha sido el centro de los estudios que relacionan la vida temprana con las consecuencias posteriores para la salud. "Cuando se mira solo el peso al nacer, se está viendo una medida en un momento dado, lo cual es un gran problema a la hora de proyectarse", aseguran estos científicos.

Se sabe que el crecimiento perinatal, que se ve afectado por numerosos factores desde la genética hasta los ambientales, como la salud de la madre y hábitos como el tabaquismo, la nutrición y la diabetes gestacional, tiene implicaciones importantes para el desarrollo del corazón, y estudios en animales y humanos han asociado el bajo peso al nacer con problemas cardíacos y la muerte.

Por ello, los investigadores plantearon la hipótesis de que el IP o IMC de un bebé al nacer proporcionaría un indicador mucho mejor del desarrollo del corazón y de la función futura que solo el peso al nacer. Encontraron en un grupo de 379 adolescentes sanos que un IP bajo, en el que los aumentos de estatura y peso no están sincronizados durante el desarrollo, estaba más asociado con un aumento en el tamaño de la principal cámara de bombeo del corazón, el ventrículo izquierdo, que se considera un riesgo de enfermedad cardiovascular futura.

Los hallazgos sugieren además que los factores que afectan el crecimiento fetal también pueden alterar el desarrollo cardiaco, cambios que podrían tener un impacto negativo permanente sobre la función cardiaca y la salud cardiovascular en la edad adulta. También argumentan que la proporcionalidad puede ayudar a diferenciar a los bebés que nacen pequeños debido a su genética (los padres más pequeños tienden a tener bebés más pequeños, por ejemplo) y a los que no logran alcanzar su potencial de crecimiento intrauterino por otras razones.

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