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Ni antojos ni comer por dos: cinco mitos sobre el embarazo que hay que desterrar

Alrededor de la gestación giran numerosas leyendas y medias verdades que han sobrevivido al paso de los siglos y al avance de la medicina.

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Todas las embarazadas conocen a la perfección todos los consejos populares que han sobrevivido al paso del tiempo. '
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Los eclipses, además de ser fenómenos naturales que fascinan en el mundo entero, son la mejor medicina para provocar partos... O eso dice una de las muchas leyendas que, desde hace siglos, rodean el mundo de la gestación. Consejos populares con ninguna (o poca) base científica que, sin embargo, todas las embarazadas conocerán a la perfección: desde el "debes comer por dos" al "estás tan guapa que seguro que lo que viene es un niño". A pesar de lo inofensivo de estos comentarios, la realidad es que estas creencias populares, que han resistido al paso de los años y a los avances médicos, pueden llegar a confundir a la futura madre, quien no debe olvidar que el mejor consejo se lo dará siempre su médico y su matrona de confianza, ya que son ellos los que han hecho el seguimiento del embarazo y conocen la salud de la embarazada y su bebé.

Cinco mitos del embarazo que habrás escuchado

Un buen resultado es cuestión del tiempo y la temperatura del horneado.

"Tengo un antojo de..."

Tres de cada cuatro embarazadas siente en algún momento la irrefrenable necesidad de comer un alimento concreto, bien sea dulce o salado. A pesar de lo frecuente de esta demanda gestacional, no existe un consenso científico sobre si los antojos son debidos a carencias nutricionales, a un impulsos psicológicos, a las náuseas de los primeros meses, a la sensibilidad olfativa o a una actitud primaria de las embarazadas para lograr protección o atención por parte de su alrededor. Eso sí, lo que está claro es que, resueltas o no, estas apetencias no producen ninguna mancha en la piel de los bebés.

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Comer embarazada

"Deberías comer por dos"

Aunque existen estudios que evidencian que las embarazadas deban subir algo de peso durante la gestación, lo que todos los expertos ponen en común es que no hay por qué "comer por dos". De hecho, es fundamental llevar una dieta sana y equilibrada que aleje a las mujeres en cinta y a los bebés de algunas enfermedades posteriores. Del mismo modo, una alimentación sana no consiste en comer de todo, pues existen algunos productos prohibidos, como los embutidos y crudos si la embarazada no está inmunizada contra el parásito de la toxoplasmosis.

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Emabarazo, sexo del bebe.

"Estás guapa... ¡Será niño!"

Aunque las creencias populares apuntan que las tripas más pequeñas y el aspecto cansado de la madre son indicativo de que el bebé va a ser niña; mientras que las voluminosas y la buena cara de la embarazada revelan que será niño, no hay ninguna base científica en esto. De hecho, aunque los niños suelen ser más grandes al nacer que las niñas, no es una norma que se cumpla en ningún caso, por lo que conviene no hacer caso de esta leyenda y acudir al especialista si queremos saber antes de nacer el sexo biológico del bebé.

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Hacer ejercicio durante el embarazo.

"No deberías hacer ejercicio"

Cada embarazada es un mundo: ella, su bebé y las circunstancias de ambos son las que deben determinar el tipo de rutinas a seguir durante la gestación. Así, siempre que la salud lo permita, es adecuado que practiquen algunos ejercicios suaves, como yoga, natación o Pilates, que ayuden a mantener el peso y aliviar algunos dolores, como los de espalda o pelvis. No obstante, es una decisión que siempre debe tomarse bajo la supervisión del especialista que lleva el embarazo, que será quien mejor pueda determinar el tipo de deporte y el tiempo durante el que deba practicarse.

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recorte 3

"Ten cuidado si practicas sexo..."

Si el embarazo no presenta complicaciones ni riesgos que pongan el peligro la vida de la madre o del bebé no existe ninguna indicación médica que prohíba tener relaciones durante la gestación. No obstante, es una decisión que debe tomar la mujer, ya que es posible que con los cambios hormonales tenga una subida o bajada de la libido que le permita disfrutar del encuentro sexual o, por el contrario, rechazar cualquier posibilidad.

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