Con la llegada del verano y de las temperaturas que bordean los cuarenta grados, platos fríos como la crema de pepino se convierten en una tabla de salvación para sobrellevar las duras condiciones meteorológicas a la hora de sentarse a la mesa.

Además, cabe destacar que, aunque en la actualidad se ven durante casi todo el año en las fruterías, es en verano cuando los pepinos alcanzan su máximo esplendor. No en vano, buena parte de los numerosos amantes de este alimento lo han convertido ya en el mejor aliado de sus dietas para adelgazar.

Entre sus múltiples beneficios, destaca su aporte de vitaminas del grupo B, imprescindibles para favorecer el impulso nervioso y la salud celular. Además, contiene ácido fólico, vitamina C, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio y zinc. Una serie de atributos que le han valido el reconocimiento de entidades de ámbito internacional como la Organización Mundial de la Salud, que recomienda su consumo.

Asimismo, diversos estudios científicos han demostrado que el pepino es un antiinflamatorio natural, pues nos mantiene frescos gracias a la hidratación que proporciona, lo que a su vez favorece múltiples procesos internos al nutrir las células. Un alimento que también es bueno para el cerebro, pues contiene flavonol, un antioxidante antiinflamatorio que favorece la conectividad neuronal y cuida de este órgano.

Así, esta receta constituye una propuesta, en suma, rápida, ligera, nutritiva y, lo que es más importante, perfecta para esta época del año, pues no precisa encender los fuegos y es muy refrescante, lo que ayuda a mantenerse hidratado y saciado sin pasar una pizca de calor.

Ingredientes para cuatro personas

Preparación

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