verano

Qué hacer en caso de picadura de abeja o avispa

Aunque con la llegada de las altas temperaturas (y los días de piscina) se convierten en algo habitual, es importante saber actuar ante los picotazos para evitar males mayores.

Es fundamental mantener la calma y actuar con efectividad sobre la zona dañada.
Es fundamental mantener la calma y actuar con efectividad sobre la zona dañada.
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¿Abeja o avispa: qué me ha picado? Esta es una de las preguntas más frecuentes del verano cuando, estando al aire libre, un dolor quemante e intenso nos invade. De hecho, en las últimas semanas se han disparado las consultas médicas por picaduras de insectos en Aragón, en las que, aunque la mosca negra y el mosquito tigre tienen el protagonismo, abejas y avispas también juegan su papel. De hecho, estas dos últimas son las que más atacan en los planes veraniegos más concurridos: días de piscinas urbanas o naturales y en comidas al aire libre. Y es que conviene no perder de vista que con la subida de las temperaturas su actividad aumenta y su agresividad, también.

Abeja o avispa, ¿actúo igual?

Una abeja en un panal.

Picadura de abeja

Las picaduras de abeja se caracterizan porque el insecto suelta el aguijón dentro de la herida. Así, es habitual sentir dolor instantáneo, agudo, quemante y constante las horas siguientes del ataque. Además, suele aparecer una roncha roja alrededor e hinchazón. Hay que tener en cuenta que las abejas suelen atacar en grupo, por lo que aumenta la peligrosidad si sufrimos el ataque de una de ellas.

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avispa

Picadura de avispa

El problema de las avispas es que no pierden el aguijón cuando pican, por lo que pueden llegar a atacar hasta tres veces si se sienten amenazadas. Aunque lo único que notemos sea un intenso dolor cuando nos muerde, este insecto realiza movimientos repetitivos en nuestra piel para asegurarse de que el veneno fluye. Así, cuando ataca suele sentirse dolor intenso en la zona, picazón y una hinchazón instantánea. 

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En cualquier caso, ante la picadura o la mordedura de uno de estos insectos, lo primero que hay que hacer es lavar la zona con agua para ver mejor la picadura. En el caso de la abeja, hay que intentar sacar con cuidado el aguijón para que no suelte el veneno que encierra y, después, en ambos casos, aplicar frío en la zona y cremas antisépticas para que se pase el dolor en el menor tiempo posible. Si se es alérgico (o se presenta una reacción desmesurada al ataque) el modo de actuación cambia: lo fundamental es acudir al centro médico más cercano para que valoren la gravedad, ya que se podría producir una anafilaxia, es decir, una reacción grave que afecta al sistema respiratorio y cardiovascular.

¿Puedo evitar que me piquen?

Aunque en algunas ocasiones es inevitable llevarse un picotazo, es importante saber prevenir el ataque de estos insectos, pues son dolorosos y, en ocasiones, pueden provocar reacciones alérgicas de diversa gravedad. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) es importante no aproximarse a nidos y colmenas, ya que los himenópteros pican cuando se sienten amenazados, así como evitar dar manotazos al aire o aspavientos cuando se acercan a sobrevolar nuestra comida. 

Además, cabe tener en cuenta que "su agresividad aumenta con el calor y al defender comida o bebida dulce (especialmente refrescos), con los perfumes y olores fuertes", aseguran desde la Seaic. Por eso, hay que prestar atención al comer al aire libre, al sacar basura durante las horas de más sol, si se camina descalzo o con chanclas y al recoger la ropa del tendedero, sobre todo si se han utilizado suavizantes o perfumes para aromatizarlas. Además, lo mejor es vestir de colores claros, pues, lejos de la creencia popular, son los que menos llaman la atención de los insectos al recoger menos calor.

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