¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando hace frío?

Mayor gasto calórico, dolor de extremidades o bajo ánimo. Estos son algunos de los efectos de las bajas temperaturas.

Someterse a bajas temperaturas tiene efectos a nivel físico y psicológico.
Someterse a bajas temperaturas tiene efectos a nivel físico y psicológico.
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Estar sometido a bajas temperaturas tiene más consecuencias de las que se cree. Estos son solo algunos de los efectos que sufre el ser humano.

Se queman más calorías

Diversos estudios han demostrado que la exposición a temperaturas más bajas, hace que el índice metabólico basal, es decir las calorías que se queman en reposo, aumente ligeramente. Este mayor gasto calórico se debe a que el cuerpo necesita trabajar más para mantener el calor. Aunque, este gasto no es suficientemente significativo como para notar una diferencia a nivel de peso o pérdida de grasa.

Se encogen los dedos

¿Cuántas veces has notado que los anillos te quedaban grandes en los días de frío? Al contrario que en los meses estivales, cuando el calor hace que se hinchen las falanges, en invierno estas disminuyen por las bajas temperaturas. Los vasos sanguíneos tienden a contraerse para conservar el calor dentro del cuerpo. Esto hace que llegue menos flujo sanguíneo a las extremidades, lo que provoca la sensación de que se encogen los dedos.

Más dolor en las extremidades

Si vives o visitas alguna ciudad con un clima muy frío, puede ocurrir que tras estar un tiempo en la calle sientas que se te adormecen algunas partes del organismo. Este fenómeno se conoce como la enfermedad de Raynaud, que hace que tu cuerpo se sienta adormecido y frío con el estrés o el clima frío. En concreto, afecta a las manos, los pies y las orejas, y se debe a que las arterias más pequeñas se contraen en exceso como respuesta al frío. Estas molestias pueden resultar dolorosas pero no son peligrosas y se pueden evitar, utilizando la ropa adecuada, sobre todo en el caso de los más pequeños, y evitando exponerse mucho tiempo a temperaturas bajas.

Puede afectar a la visión nocturna

La protección de los ojos es esencial en cualquier época del año. La exposición a temperaturas excesivamente frías, viento y nieve puede afectar a tu visión. Por eso, cuando se realizan deportes de invierno es importante llevar gafas todo el tiempo que sea posible.

Se pone la cara roja

Es normal que a causa del frío la nariz se ponga roja o las mejillas se coloreen. Esto se debe a que la sangre de esas zonas se redirige a órganos vitales como el corazón y los pulmones. Cuando se entra en calor, la sangre empieza a reubicarse y durante ese proceso se continúa rojo.

Hay más riesgos de sufrir un infarto

Esto es más común en los adultos mayores y en aquellos que tienen problemas cardíacos, pero es algo que todo el mundo debería vigilar. Para conservar el calor, aumenta la presión del corazón para que llegue más sangre a las extremidades, además también lo hace ligeramente la presión arterial, lo que puede provocar el fallo cardiovascular.

Puedes sentirte decaído

La disminución de las horas de sol y, por tanto, la llegada de las bajas temperaturas, afecta al ánimo es lo que se conoce como depresión invernal. La falta de vitamina D puede ser una de las razones por las que se dan estos síntomas, que pueden ser leves o severos, y en los casos más extremos se produce un trastorno afectivo estacional, un problema de salud mental relacionado con la depresión que tiene lugar en los meses de frío.

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