Según datos del Instituto Nacional de Seguridad Social, cada español pasa de baja por enfermedad una media de 41,2 días al año, siendo las enfermedades musculoesqueléticas, la gripe y los trastornos mentales (ansiedad, depresión o estrés) las patologías más comunes. Cuando el periodo que se pasa sin trabajar es menor a tres días se considera una falta esporádica, mientras que cuando se supera este tiempo se trata de una incapacidad temporal, una situación que la Ley General de la Seguridad Social define como la debida "a enfermedad común o profesional y accidente, sea o no de trabajo, mientras el trabajador reciba asistencia sanitaria de la Seguridad Social y esté impedido para el trabajo con una duración máxima de 365 días, prorrogables por otros ciento ochenta días, cuando se presuma que durante ellos puede el trabajador ser dado de alta médica por curación".

Para establecer los días, el Manual de Tiempos Óptimos de Incapacidad Laboral, elaborado por la citada entidad, especifica una fórmula en la que se atiende al tipo de enfermedad, la edad, el sexo, el tipo de trabajo y cargo en la empresa y los factores de comorbilidad, concepto que hace referencia a otros trastornos o efectos derivados de una enfermedad. En dicho documento se especifica que, por ejemplo, a un albañil de 48 horas con diabetes que sufre un infarto de miocardio le corresponden 91,5 días de baja; mientras que a una camarera de 38 años que padece ciática le corresponden 30, 6 días.

¿Qué enfermedades se recogen?

Dentro del largo listado de enfermedades que se recogen en este documento, llama la atención algunas patologías que, en un primer momento, es difícil imaginar que puedan ser motivo de incapacidad temporal.

Por ejemplo, de manera estándar y sin aplicar la fórmula arriba mencionada, por un cuadro de acné se recomiendan 7 días, los mismos días que por una uña encarnada. En caso de sufrir una contusión de dedo de mano sin daños en la uña, la cifra se eleva a 10 días, mientras que por insomnio o dermatitis atópica puede llegar hasta 15.

En caso de sufrir diarrea, dolor por gases, flatulencias, pérdida de pelo no cicatrical o abuso de alcohol o alucinógenos sin complicaciones, un trabajador puede solicitar hasta 4 días de baja, previo cálculo y aprobación médica.

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