Una correcta y adecuada alimentación es parte fundamental en el rendimiento de un futbolista, especialmente en los últimos 20 minutos de un partido, cuando las fuerzas ceden y flaquean, afirma el catedrático de Nutrición y especialista en Endocrinología y Medicina Deportiva, Antonio Escribano.

Escribano, director de la Unidad de Nutrición, Metabolismo y Composición Corporal de la Federación Española de Fútbol, ha mantenido un Encuentro con periodistas en plena celebración del Mundial de Rusia para tratar sobre rendimiento deportivo, competitividad y alimentación.

En este debate, celebrado con la colaboración de la Plataforma Carne y Salud, el doctor Escribano ha resaltado: "El fútbol se juega corriendo; el músculo tiene una capacidad de despliegue motora para la que hace falta combustible, y ese combustible es la alimentación". Según expone este especialista, en el fútbol actual se hace un esfuerzo muy superior al de hace 50 años.

"Si en la época de Di Stéfano en los 90 minutos de un partido podían recorrerse cerca de seis kilómetros, ahora eso es prácticamente lo que hace un portero, mientras un centrocampista recorre 12 o 13, y un árbitro unos 14 kilómetros. Hay unos 150 'sprints' frente a los 40 de los años 60 del pasado siglo", explica.

"La alimentación del deportista -prosigue Escribano- es la misma que la de una persona normal, pero detallando y haciendo específicos unos consumos sobre otros. Y son los productos naturales lo que matizan la nutrición deportiva".

El componente fundamental en el fútbol es el glucógeno, que son hidratos de carbono, que están en el músculo y el hígado, dice el doctor, quien ubica en este "combustible" el esfuerzo de alta intensidad, relacionado con la velocidad y la potencia.

"Hay que hacer una planificación muy exacta de los carbohidratos; en el caso de la carne, que contiene proteínas, vitaminas y minerales que no son combustible pero actúa como coadyuvante, tiene que estar presente porque es fundamental para el rendimiento general del futbolista", desarrolla Escribano en la conversación.

Este especialista establece incluso diferencias en la alimentación en función de los puestos en el campo, portero, centrocampista, delantero... según se requiera más potencia, resistencia, velocidad, u otra capacidad.

En el caso del portero, ante un penalti por ejemplo, el doctor pone el acento en los efectos e influencia de la alimentación en el cerebro, para mejorar y activar los reflejos y el sentido de la anticipación.

"Un partido dura 90 minutos, hasta el 70 las cosas no van mal, pero de ahí al final, la alimentación es esencial", asegura; "el fútbol es fisiología y bioquímica y el minuto 87 es tan importante como el minuto 2. La potencia de los jugadores en los últimos minutos tiene mucho que ver con la estrategia nutritiva", completa.

Antonio Escribano defiende la aplicación de la ciencia en el fútbol, ya que es una actividad que interesa a tantísimos millones de personas, y enumera para su estudio los aspectos biomecánicos, bioquímicos, fisiológicos y nutricionales, entre otros.

También afirma que una mala alimentación influye en las lesiones de los futbolistas, mientras una buena alarga la vida deportiva con un alto rendimiento.

Respecto a la carne, considera que este sector productivo "está siendo tratado injustamente", defiende su consumo en la población general de forma moderada, y aconseja: "El sector cárnico debe basarse en la ciencia y la divulgación científica para combatir los ataques que recibe, con estudios sobre las consecuencias finales de no consumir carne".

"La comida es como una partitura musical; todas las notas tienen que estar en su sitio. No se pueden quitar notas", añade.

El doctor Escribano destaca que con la selección española de fútbol, que este miércolesdisputa su segundo partido del Mundial, con Irán, tras el empate del pasado viernes con Portugal, viaja un cocinero; y agrega que los menús de La Roja se decidieron en marzo y "todo está programado al detalle".

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