Ilumináfrica

Microrrelato de Sara Barraguer, finalista en la categoría de Cooperación.

No te voy a mentir, desde que puse un pie en Tanzania, muchas cosas cambiaron para mí. África, qué bonito nombre tienes. Tus paisajes son los más bellos que jamás pude ver. África y su gente. Se respira lucha, valentía y tesón. La condena de un pueblo que vive sumido en la miseria más absoluta.

A mis veinticuatro años, me invadía la curiosidad. Cada poro de mi piel pedía conocer aquel lugar. Necesitaba aportar un par de granitos de arena a su lucha. Era joven e imparable. Por aquel entonces, trabajaba como maestra en un colegio de la periferia. Llegó el día en el que colgué la bata y me marché.

Me fugué a un lugar manchado por la arena, donde el calor sofocante acaricia tus mejillas y las sonrisas brillan bajo una tez oscura. Un pueblo que ha sido devastado por el analfabetismo más feroz. Quise enfrentarme a él, y así fue.

Pasé un largo período de tiempo enseñando a leer y escribir, y aprendiendo lo bonita que es la vida. Comprobé que el amor no tiene límites y que el agradecimiento se demuestra sin palabras.

Está en tu mano formar parte del cambio.

Te animo a que sea tu luz la que ilumine a África.

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