El cambio horario afecta al sueño de los niños y mayores

Los expertos recomiendan no obsesionarse con este cambio, pues el algo pasajero que no suele prolongarse más de 4 días.

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Las personas mayores son probablemente las más afectadas por el cambio de hora que tendrá lugar la noche del sábado al domingo ya que, según la Sociedad Española del Sueño (SES), pueden llegar a tardar hasta dos semanas en adaptar su sueño al nuevo horario.

Así lo ha indicado el coordinador del grupo de cronobiología de la SES, Javier Albares, que ha señalado que en los niños y las personas mayores el reloj biológico es menos flexible y se adapta peor a los cambios.

"Hay un desajuste biológico entre el reloj biológico y el reloj social, que es el que cambia, por lo que nuestro cuerpo necesita unos días para adaptarse", explica Albares, también director médico de la Unidad del Sueño del Centro Médico Teknon (Barcelona).

En estos grupos de población más sensibles es normal que los días siguientes al cambio horario noten sueño antes de la hora habitual y que también se despierten antes de lo normal.

Mientras que los adultos se adaptan a este cambio en 3 o 4 días, las personas mayores -alerta- pueden tener más dificultades, dormirse demasiado temprano y despertarse antes durante una o dos semanas.

A pesar de que el cambio horario que se produce en otoño es, según Albares, el que menos afecta a la salud porque le ganamos una hora al día y, por lo tanto, tenemos una hora más para dormir por la noche, algunas personas sí que tardarán un poco más en adaptarse.

Algunos de los consejos que pueden ayudar a reducir las repercusiones del cambio de hora -sueño, insomnio, cansancio, desajustes digestivos o alteraciones en el humor debido a que anochece antes por la tarde- pasan por adaptar el cuerpo cuanto antes al nuevo horario.

Así, es aconsejable que unos 3 o 4 días antes las personas más vulnerables empiecen a tener más actividad física y luz por la tarde, aunque sea luz artificial, porque de esta manera se va retrasando la hora a la que comienza el sueño.También una pequeña siesta de 15 o 20 minutos puede ayudar a retrasar la necesidad de dormir.

En cualquier caso, Albares recomienda no darle demasiada importancia a este cansancio que pueda aparecer a partir del domingo y el lunes y no obsesionarse con ello.

En el mismo sentido se pronuncia el doctor Alejandro Guillén-Riquelme de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad de Granada que, en un comunicado señala que el cambio de hora afecta al ritmo circadiano, una especie de "reloj interno" gracias al cual el cuerpo se prepara para realizar distintas actividades a lo largo del día.

A pesar de que los efectos de este cambio horario son leves y en su mayoría pasajeros para la salud, hay personas a las que les influye más directamente, como son los niños, mayores y personas con trastornos neurológicos, ya sea porque tienen los horarios más establecidos o por tener mayor sensibilidad a estos cambios.

Para atenuar estos efectos, Guillén-Riquelme aconseja la adecuación progresiva, mantener un estilo de vida saludable, practicar deporte o ajustar la hora de acostarse poco a poco los días previos.

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