Quemar grasa y eliminar calorías son algunos de los objetivos de la mayoría de las personas que se proponen seguir una dieta para adelgazar. Además, junto a estos dos propósitos, tener vitalidad es el tercer eslabón en la lista del bienestar. Hay hábitos y alimentos que contribuyen a lograr estas tres metas.

Desayunar todos los días, hacer ejercicio e ingerir proteínas son algunos de los hábitos que ayudan a acelerar el metabolismo. Pero también hay bebidas que contribuyen a ello, entre ellas, el agua de coco.

Agua de coco: contiene triglicéridos, los encargados de agilizar el metabolismo, porque el cuerpo los quema de forma rápida. También aporta fibra, vitaminas y minerales. La combinación de esta bebida con limón aún refuerza más sus propiedades quemadoras de grasas.  Vino tinto: una copa de vino tinto al día ayuda a quemar grasa por un ácido elágico, un antioxidante natural de la uva. Este ácido también está presente en frutos del bosque.  Té verde: el té tiene múltiples beneficios. Contiene grandes cantidades de catequinas e isoflavonas, lo que lo convierte en un antioxidante natural que actúa directamente sobre la grasa del organismo. Los expertos recomiendan la ingesta de una taza al día para obtener unos beneficios óptimos.  Agua: todo el mundo ha escuchado que es recomentable beber dos litros de agua al día. Este líquido ayuda a regular la temperatura corporal y, en este proceso, elimina los depósitos grasos. Un estudio del Instituto de Endocrinología y Metabolismo de los Estados Unidos concluye que el agua aumenta el trabajo del metabolismo en un 30%. Café: tiene tantos adeptos como detractores y se le otorgan tantos beneficios como perjuicios. Tomar una taza de café al día aumenta el trabajo metabólico un 15% porque acelera la frecuencia cardíaca, aunque no tiene un efecto inmediato, si no unas horas después de tomarlo.