Cómo donar médula ósea: desmontando mitos

En la Comunidad, cerca de 1.000 personas se han inscrito en lo que va de año en el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón, lo que supone "mil nuevas posibilidades de salvarle la vida a otra persona", subrayan desde Dona Médula Aragón.

Imagen explicativa de un vídeo de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia.
Imagen explicativa de un vídeo de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia.
Youtube/fundacionjcarreras

Cada persona que se inscribe en el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón, el centro de referencia de donantes de médula ósea en la Comunidad, es "una oportunidad para salvarle la vida a otro". Así lo indica Juan José Clavería, vicepresidente de Dona Médula Aragón, asociación que lucha comprometida para mejorar la calidad de vida de los pacientes que esperan un trasplante de médula y sus familias.

A pesar de la amplia labor de difusión que entidades como Dona Médula Aragón realizan para concienciar a la población en jornadas deportivas, empresas o centros educativos, lo cierto es que todavía existen "muchos rumores por ahí que hay que desmitificar" para que la sociedad sea plenamente consciente de lo que implica este proceso que salva vidas. Estos son algunos mitos que debes vencer para ser donante de médula ósea:

"Al inscribirme y donar sangre, ya soy donante". Esta es una de las cuestiones que mucha gente confunde en el proceso de donación de médula ósea, que consta, según informan, de dos fases. "La primera consiste en inscribirse y es relativamente fácil. A la persona que se inscribe le sacan dos tubitos de sangre específicos para analizar su ADN, y el resultado se introduce en una base de datos: el Registro Español ?de Donantes de Médula Ósea", explica Clavería, quien subraya que con este paso uno queda inscrito, pero no ha donado médula. "Eso solo se producirá –indica– si hay una persona en el mundo que necesite una nueva médula para seguir viviendo, y siempre que el resultado del análisis de su sangre coincida con el del posible donante". Según reiteran desde Dona Médula Aragón, esta primera fase de inscripción es "sencilla",  y la puede realizar la gran mayoría de la población. No obstante, recuerdan: "Es necesario estar bien informado de lo que puede ocurrir después: que a lo mejor donas médula ósea". "Estás inscrito como donante de médula ósea, pero NO has donado". Aunque pueda generar confusión, inscribirse es solo la primera fase de este proceso, pero no por ello es menos importante. "En el momento en que una persona se inscribe, ya aparece la posibilidad de salvarle la vida a alguien. Pero si uno no se inscribe, nunca estará esa posibilidad", añade Clavería, expaciente de leucemia linfoblástica aguda. En España, hay un total de 300.000 personas inscritas en el REDMO y, en concreto, la comunidad aragonesa ha aportado en lo que va de año cerca de "mil nuevas posibilidades" de salvarle la vida a otra persona. Esta fase se realiza en el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón, en la calle de Duquesa Villahermosa, firmando un documento para que los datos personales sean tratados en un registro español que está conectado con otros registros a nivel mundial. "Hay más de 70 registros en el mundo y más de 30 millones de personas que han hecho este proceso. Aunque solo va a donar médula ósea una minoría, es muy interesante contar con unos registros muy amplios porque cuantas más personas tienes registradas, más posibilidades hay de encontrar una médula compatible", destacan. "No te inscribes para una persona determinada, sino para salvarle la vida a alguien". Esta es otra de las falsas creencias que conviene vencer para lograr salvar vidas, pues tal y como apuntan desde la entidad Dona Médula Aragón, mucha gente piensa que se inscribe solo para una persona determinada, y "en realidad te inscribes para salvarle la vida a alguien. Esa es la labor de concienciación que hay que hacer a la gente", subrayan. Cuando una persona necesita una nueva médula para seguir viviendo lo primero que se hace es una prueba de compatibilidad a los hermanos y familiares más cercanos. "El otro día supimos en la asociación de una persona y, sin embargo, la prueba de compatibilidad sanguínea resultó positiva con alguien al otro lado del charco. Es una cuestión de lotería, de azar, y aunque pueda parecer paradójico, la estadística dice que solo la encuentra en el ámbito familiar un 25% de los hermanos. El 75% restante tiene que buscarlo en donantes anónimos, altruistas y solidarios", señala Clavería. "Una vez inscrito, ¿seré donante en un plazo breve de tiempo?". La estadística señala que pueden transcurrir diez años desde que una persona se inscribe hasta convertirse en donante. "En casos así, la persona puede no acordarse o incluso puede suceder que sus condiciones de salud hayan cambiado", explica Clavería, quien asegura que solo entonces, una vez llamado, se le hace al candidato una analítica completa para comprobar su estado de salud y se le informa de las dos opciones que existen para donar médula ósea. "¿Me van a pinchar en la espalda?". Cuando no se le pone el "apellido", la gente tiende a confundir la médula ósea con la médula espinal. El procedimiento, sin embargo, nada tiene que ver con esta última. La manera más habitual -que se realiza en el 80% de los casos- es un proceso que se llama aféresis, similar a una extracción de sangre. "En estos casos es necesario que el donante se administre durante cinco días una medicación de crecimiento y movilización, inyecciones subcutáneas que te puedes aplicar tú mismo en el brazo o en el abdomen y que hacen que las células madre sanguíneas –que están en el interior del hueso de la cadera, en la médula ósea– salgan al torrente sanguíneo (a la sangre periférica)", explican. Al quinto día de este tratamiento, el donante acude al hospital más cercano –en este caso, al Servet o al Clínico–, donde le pincharán en un brazo, sentado en una camilla, para extraerle los diferentes componentes sanguíneos. Por un lado, se separan glóbulos rojos, plaquetas y plasma; y, por otro, se reservan aparte en una bolsita las células madre sanguíneas que se administrarán por vía intravenosa a la persona que necesite una nueva médula ósea para seguir viviendo. "El resto de componentes se le vuelven a introducir por una vena del otro brazo al donante en un proceso que dura entre tres y cuatro horas. Lo normal es que pases o la mañana o la tarde en el hospital y se realiza de forma similar a una donación de sangre, solo que dura más tiempo", matizan. En el 20% de los casos en los que la extracción se hace sin medicación, el donante tiene que pasar por el quirófano con anestesia local (epidural) o general y dos miembros del equipo médico extractor, situados a ambos lados de la mesa de operaciones, puncionan las crestas ilíacas con unas agujas especialmente diseñadas para ello. "El médico informa al donante y decide el sistema porque según qué casos requieren un tipo de extracción u otra", explican. "Solo se puede donar una vez". El proceso de donar médula ósea no es como un trasplante de órganos en el que "si, por ejemplo, donas un riñón, ya no te va a volver a crecer otro". La ventaja de este proceso es que las células madre sanguíneas tienen una doble capacidad: por un lado, generan otro tipo de células, y al entrar en el cuerpo del paciente –e ir a la cavidad ósea, al interior del hueso– se convierten en una fábrica de sangre. "Son células muy poderosas que tienen la capacidad de dividirse de forma infinita. La persona que dona se queda en ese momento sin ellas, pero pasados 15 días, puede recuperar toda la celularidad de su cuerpo", puntualizan.Esta semana, con motivo de la Semana europea contra la leucemia, la asociación Dona Médula Aragón impartirá diversas charlas informativas sobre la donación de médula ósea a los bomberos de Zaragoza en el parque de la calle Valle de Broto, en horario de 10.00 a 11.00. "La intención es informarles ampliamente, resolver dudas y que se inscriban como donantes de médula ósea", indican. Además, el próximo miércoles, 21 de junio, se hará una jornada maratoniana de donación de sangre en la sala Multiusos de Zaragoza, que cobrará protagonismo con la llegada a la plaza del Pilar del ciclista Daniel Carreño, a las 13.00. Su misión es sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de inscribirse como donante de médula ósea a lo largo de un recorrido sobre pedales que parte desde Avilés y concluye en la capital barcelonesa.

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